jueves, 25 de noviembre de 2010

El inicio de la vida

La vida esta llena de momentos y sentimientos, de alegrías y tristezas, de esperanzas y nostalgias. El tiempo es un tren imparable que amenaza con llevarse todo lo que se cruce a su paso. Es difícil escaparse al dolor y el destierro cada vez que finaliza una etapa, se viven épocas de crisis internas en las que no se consigue armonía ni en el alma ni en la mente. Los recuerdos dibujan una sonrisa pero causan el trago amargo del temor de no volver a repetir aquellos episodios felices.
En eso se encuentra ella, cumpliendo los dieciocho años y sin saber porque no tiene ganas de festejar, pudiendo ver en su futuro nada más que su pasado. Encontrando en el fin de año una incógnita tan grande como su nostalgia…
Son momentos complicados, el fin de la escuela, el nacer de la vida. Con la secundaría termina la vida en masa. Uno ya no es lo mismo que el resto y empieza a forjar su propia historia, a elegir su camino para escribir su destino. Si bien el cambio parece brusco y grave, con el tiempo uno se da cuenta que es gradual y paulatino. El miedo al futuro no tarda en convertirse en alegría de vivir el presente, comenzar a disfrutar de otras cosas, encontrar en las diferencias el verdadero sentir de la amistad. El cariño por ahí pierde un poco de pasión y tal vez algo de histeria, pero los lazos se hacen más fuertes y resistentes al paso del tiempo.
En eso se encuentra ella, en el limbo de su historia, sintiendo el vacío de la época que esta perdiendo, con ganas de llorar que se convierten extrañamente en ganas de dormir, tal vez como una forma de demostrarle al mundo que esta enojada con él y no quiere verlo por un tiempo.
Ella, Queri, Natalia, mi hermana, hoy cumple dieciocho años generando a su alrededor un aura de cariño para todo aquel que la rodea. Es difícil no quererla si ella se propone que la quieran, es difícil no querer matarla si se propone caerte mal.
Me cuesta describir a la gente que quiero por aquello que tantas veces aseveré, “las palabras tienen esa extraña incapacidad de no poder describir los sentimientos, donde estos son muchos, aquellas no alcanzan”. Y por esto que hoy solo puedo decir que espero se le pase pronto el estado de incertidumbre actual y recomendarle que se dedique a disfrutar cada instante de acá en adelante, porque la vida si uno mira para atrás pasa sin que nos demos cuenta, porque no se vuelve a cumplir dieciocho años y es un momento para festejar, festejar que uno deja de ser uno en un montón para ser uno en unos cuantos. Festejar que se acerca un verano que probablemente esté entre los mejores de la vida, festejar que empiezan las vacaciones con amigos, la independencia, el intercambio de anécdotas, las historias compartidas y un sinfín de momentos que irán llenando el hueco vacío que hoy tiene su corazón.
A levantar la cabeza, mirar para adelante y alrededor y darse cuenta de lo hermoso que es vivir con alegría. O como dice el Indio, a vivir que son dos días, descolgado del laurel!
Y ya voy terminando mi escritura nocturna con el deseo ferviente de la felicidad eterna para Queri, porque se lo merece, porque la quiero mucho y porque sencillamente y a riesgo de enojos en mi casa, es de lo mejor que tiene la familia! Estoy seguro que va a conseguir muchos de los objetivos que se proponga, ya que tiene la fuerza y personalidad para hacerlo.
Que no decaiga Nati, hay que respirar profundo mirar al frente y demostrarle a la vida que uno está para aguantar el tirón y que no hay viento capaz de hacernos caer. No hay que tener miedo al cambio, porque cambiar es crecer y crecer está bueno.
Que tengas un muy feliz cumpleaños y una mucho mas feliz vida, te quiero mucho…