martes, 22 de septiembre de 2009

Cuanto mas alto trepa el monito...

Y de repente ya no hay nadie… miras a tu alrededor y te encontras con que todo aquello que supiste tener no lo supiste retener, se perdió, se fue, escapo de vos. Giras lentamente tu cabeza hacia los costados, paseas tu mirada, buscas sin descanso, gritas, pero ya nadie va a oír tu llamado.
Te quedaste sola con tu soledad, no cuidaste a quienes te cuidaron, te quisiste más a vos que a quienes te quisieron y lenta, pero profundamente los fuiste lastimando, los empañaste de tu egoísmo, los traicionaste con tu individualismo extremo.
Abusaste de la buena fe de las personas, intentaste trepar más alto que todos sin importar que para ello fuera necesario pasar por arriba de quienes te habían levantado cuando estabas en el suelo.
Tu ambición te llevo a ir ciega hacia adelante, confiando en tapar verdades con mentiras, traiciones con sonrisas, llorando y engañando, fingiendo inocencia. Desoíste consejos, desaprovechaste oportunidades y hoy la vida te pasa factura.
Y de repente ya no hay nadie… las lágrimas brotan de tus parpados, inundan tu rostro y no hay una mano que te tienda un pañuelo, no hay un hombro donde apoyarse, no hay un suspiro, una palabra de aliento, te quedaste sola con tu orgullo y codicia, esperando vanamente que alguien se digne a acordarse de vos, llorando sin disimulo para que alguien se acerque a preguntar que te pasa.
Te ahoga tu llanto, te duelen tus recuerdos, te remuerden tus acciones y solo atinas a mendigar cariño, un cariño que te va a ser para siempre esquivo, porque nunca vas a aprender a cuidarlo…

jueves, 17 de septiembre de 2009

Beso

Se miraron, lenta, profundamente, se miraron y se vieron cada uno en el otro, hacia mucho se querían en silencio y ninguno de los dos se animaba a dar el primer paso. No se animaban a decirse nada, pero en ese momento en que se miraron se comprendieron sin hablarse, se amaron con el destello de sus ojos. El cuadro era perfecto, el rio con las islas de fondo, la calma del atardecer de primavera y el cariño de una amistad de años que se había convertido lenta, pero irremediablemente en un profundo amor.
Se miraron sin hablarse, no pestañaron, suave, muy suave acercaron sus caras, suave, muy suave sus bocas se aproximaron, imantadas una con la otra, la respiración de ambos se unió en un solo suspiro. Suave, muy suave sus labios se encontraron, se acariciaron, se conocieron, se recorrieron, cada uno exploro dentro del otro cada resquicio de la boca antes tan ajena y hoy tan propia, siempre suave y con los ojos bien cerrados, imaginando tal vez, que era un sueño del que no querían despertar, soñando quizá la loca idea de quedarse a vivir cada uno y para siempre en los labios del otro…

martes, 15 de septiembre de 2009

Un día II

Un día me cansé, me cansé yo, te cansaste vos, nos cansamos todos. Estábamos hartos, la situación no se soportaba, éramos una población encerrada, perseguida, temerosa, el gobierno no dejaba pensar, mucho menos hablar y a nadie se le ocurría intentar una crítica en voz alta. No se podía ser opositor sin ser perseguido, no se podía ser perseguido sin ser atrapado y nadie lograba ser atrapado y no sufrir hasta las ganas de morir, claro esta que la mayoría no sobrevivió al calvario que esta gente “derecha y humana” le hizo sufrir.
Por todo esto y más, fue que un día la gente se cansó y salió con la pretenciosa idea de recuperar la facultad de pensar, lo hizo tímidamente, los años de encierro y terror habían echo de las personas sombras de lo que habían sido. Se vislumbraba el final de un periodo escuro y se teñía de esperanza lo que un día fue dolor.
Pero nuestro pueblo nació para padecer toda su vida tanto de su propia negligencia como de la de quienes nos gobiernan. Nuestro pueblo volvió a ser engañado a causa de su propia credulidad, exitismo y egoísmo. Escuchamos todos atentos, aquel discurso retorico que anunciaba la anhelada recuperación de las Islas Malvinas…
Nos quedamos afónicos de vivar la feliz noticia, ni un instante nos detuvimos a pensar que estábamos mandando niños a luchar con gigantes, nunca nos dimos cuenta que volvíamos a ser usados, manoseados, que volvíamos a ser cómplices de una clase dirigente que no perseguía mas que el solo interés de salir del agua aunque para eso tuviera que hundir el país y pararse sobre él.
Un día quisimos cambiar la historia, pensamos que todo estaba podrido ¡Pensamos! Un día elegimos ser actores y no solo espectadores, pero como siempre pasa en estos casos, volvimos a ser la mascota que mueve la cola y se relame ante la promesa de unas migas del amo. Dejamos morir a cientos de chicos, a los que hoy habría que sacarlos de la play, o el facebook o el fotolog, sí, así pequeños eran y así pequeños quedaron, porque un pueblo inmaduro, una patria indiferente y un gobierno nefasto no los dejaron seguir creciendo y terminar de vivir…

domingo, 13 de septiembre de 2009

Contradicciones

La tirante y eterna disputa, la duda roedora, esa que carcome los mas recónditos lugares del cerebro, esa que atrapa las partes mas sanas de un corazón fuerte. Las opciones son dos, siempre son dos, de nada sirve la eterna cantidad de decimales que existen entre uno y otro número, son todos grises, todos matices y difícilmente decisiones tibias y temporales conlleven soluciones definitivas. Mi mente pasea de uno a otro lado, juega al ping pong entre dos mociones de la que no puedo elegir mes que una, la pregunta es la de siempre, la que todo ser de razón se hizo alguna vez, ¿poner la otra mejilla o tirar todo por la borda?
Una traición trae un dolor inmenso y profundo, no solo por el hecho en sí, sino también por lo que tiene aparejado, la posibilidad de la pérdida de la persona que nos ha traicionado, perdonar calma, pero a la vez asusta, difícilmente haya algo peor que sentir que volvés a chocar con la misma piedra, que entregas tu confianza nuevamente a quién no la merece y te falla irremediablemente, tantas veces como chances le des.
En eso me encuentro, en eso estoy, en una cárcel con dos rejas y definitivamente tengo que cortar una para siempre si me quiero escapar. Perdonar para no perder a alguien que quiero o no perdonar para que ya nunca vuelva a fallarme.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Fragmentos

Desperté… La noche cayó sobre mi con la fuerza de una turba iracunda de fieras salvajes, el silencio del infinito tomo mi alma, todo mi ser se vio inundado por la inmensidad y me sentí pequeño, muy pequeño, chiquito, poca cosa, me sentí nadie, mire a mi alrededor, todo era oscuridad, mis ojos iban lentamente acostumbrándose a la penumbra y comenzaba a distinguir los bultos que hace algunas horas eran muebles.
Desperté… La última imagen de vos comenzaba a apagarse con el final de mi sueño, el recuerdo de tu sonrisa me abrazaba en la noche inmensa y fría. Nada distinguían mis oídos mas que el sonido del silencio, ese que solo oye quien esta solo en medio de una profunda soledad.
Desperté… Me sentí alterado, me senté nervioso, mis nervios los producía la calma del silencio, me movía intentando contrarrestar la quietud y el estatismo de todo lo que existía a mi alrededor, que no lo veía pero sabia que estaba. Pensé en la vida de los que tienen obligaciones nocturnas, me costó imaginarme que existía algo o alguien viviendo allá afuera, en medio de la madrugada fría, tranquila y callada, esa noche gigante signada por una porción de mundo oscura y extrañamente desaparecida para el sol por un fragmento de tiempo diario.
Desperté… Creí seguir dormido, deseé seguir soñando, divagué en reflexiones inútiles, me entretuve filosofando con mi mente, despacio comencé a cerrar los ojos, volví a traerte a mis pensamientos, entraste en mi mente, llegaste a mi inconciente y lentamente te convertiste una vez más en mi único sueño…