miércoles, 29 de julio de 2009

Carta

Querido Fernando:

Le escribo esta carta para contarle de mi viaje. Me fui, recordará, con el pasado en la espalda y el futuro en la frente, con miedo y dudas, pero lleno de esperanzas, abandonando un país que poco me ofrecía más allá de algunas promesas mediocres y buena música.
Justo ayer un noticiero de aquí pasaba algunos informes sobre la Argentina, inseguridad, coimas, piquetes, no pude más que llorar por sentir desde tan lejos que mi patria muere. Estoy pensando seriamente en volverme, no porque aquí me vaya mal, sino porque desde aquí nada puedo hacer por la tierra que amo. Veo desde el otro lado del océano una Argentina dividida entre una clase dirigente infectada y una clase dirigida conformista, veo la quietud, el engaño, un gobierno corrupto que en nada se diferencia con la oposición, veo dirigentes agrarios apiñados Sociedad Rural y Federación Agraria bebiendo del mismo champagne, como si el grito de Alcorta nunca hubiera existido. Veo un pueblo perdido, sin rumbo, veo ciudades dormidas, veo kilómetros de tierras desaprovechadas, veo un país que no sabe a donde va, porque sin duda desconoce de donde viene.
Veo desde aquí el hambre de los pobres, la gente que muere de frio, congelada en un banco de una plaza cualquiera, veo un sistema que hace aguas por todos lados, veo el individualismo extremo, la soberbia, veo mesas de cafés llenas de soluciones y calles llenas de problemas. Veo encuentros, asado y vino, veo ese coctel tan triste y maravilloso que es mi país adorado.
Espero no estar amargándolo con esta carta, ya que sin duda usted conoce mejor que yo la realidad de los rincones de nuestra tierra, deseo con fuerzas una pronta respuesta y anhelo con desesperación regresar, para que por lo menos no me pase la vida sufriendo mirando frente una pantalla de televisión.
Lo saludo con el cariño de siempre, sabiendo que cada vez esta más cerca nuestro reencuentro. Espero que ande tan bien como pueda, sobreviviendo en este torbellino moderno que nada ofrece mas que un presente continuo y un futuro inestable, le dejo la frase de Marx que tanto nos había gustado en nuestra época de estudiantes, para que así recuerde que en la posmodernidad “todo lo sólido se desvanece en el aire, todo lo sagrado es profano”. Temo haberme excedido en mi simple análisis sobre nuestro país para pasar a un tema mas complejo pero es que extraño mucho aquellas horas de wisky y filosofía que caracterizaban nuestros encuentros.

Atentamente, su siempre amigo Miguel.

lunes, 27 de julio de 2009

Condenado

¿Como fue que se opaco el brillo de tus ojos? si hasta Dios sonreía cuando vos me mirabas, si nos envidiaban los ángeles ¿Cuando fue que se apagó la llama que alimentaba nuestra unión, cuando el paraíso se hizo infierno y la alegría fue dolor, cuando fue que paso y que fue lo que paso, como hizo el dulce río a convertirse en este mar agrio, en este océano de profunda incertidumbre? Navegando en la inmensidad me encuentro ahora, nadando en recuerdos, soñando con aquello que una vez fue y ya nunca más será. El mundo era perfecto, nada mas necesitaba que verte sonreír para ser feliz. Buceando en mis recuerdos transcurren mis minutos, buscando explicaciones para algo que nunca llegaré a comprender ¿Acaso fue mi risa la que tapo tus lagrimas? ¿Acaso mi alegría no dejo ver tu tristeza?
Fui yo, fuiste vos, somos dos que supimos ser uno, un uno que un día se dividió a causa de sus mitades desparejas. Es el llanto que ayer fue carcajada, es una gota rodando por una mejilla, es el dolor que no sangra pero mata. Es la voz de los que no hablan, el aire de los que no respiran, el amor de los que no sienten. Es mi vida una profunda aporía, son los días una sucesión en una línea infinita de soles y estrellas. Es el tiempo el peor enemigo de mis recuerdos, es el pasado un crimen, el presente una cárcel y el futuro una palabra sin ningún sentido, hoy soy un preso condenado a la horca, un enfermo terminal al que le sacaron el suero que lo ataba a la efímera esperanza de salir adelante, hoy soy un reflejo en blanco y negro de lo que fui, porque en realidad, hoy y sin vos, no soy nada…

miércoles, 22 de julio de 2009

Triste final de la tristeza

Tomo la carretera a gran velocidad, avanzó, se escapaba, sabia exactamente donde se dirigía, siempre que estaba mal iba al mismo lugar, la lluvia de hoy no le impediría llegar. La ciudad iba quedando atrás, la ruta le había dado paso al camino de tierra que lo conducía al campo de su abuelo, el camino de tierra, a fuerza de agua se había convertido en camino de barro, el maniobraba su vehículo que se deslizaba de un lado a otro, no le preocupaba si se le quedaba empantanado, no le preocupaba eso ni ninguna otra cosa, en realidad no le importaba nada, la vida había dejado de tener sentido porque la luz que otrora lo había alumbrado se había apagado para siempre, no había resistido mas de una hora en aquella horrible sala velatoria donde ella era el centro, acostada, imperturbable, sus ojos cerrados y su cara pacifica la hacían parecer dormida, él la había tocado con la esperanza de que despertara, sus manos tocaron su frente y el peso de una piedra muy dura le golpeo el pecho y le detuvo el corazón. Hasta ese momento pensaba que todo era una pesadilla, no daba crédito a sus sentidos, pero la verdad de repente le cayó como un rayo que le explotó la cabeza y no pudo quedarse, tuvo que escapar.
El agua seguía cayendo y el ya estaba llegando, clavo los frenos y bajo en medio del camino, se ahogaba con sus propias lágrimas, corría desesperado bajo la lluvia haleda, tropezaba, caía y se volvía a levantar, lloraba con fuerza, se golpeaba la cabeza con las manos, recordaba su sonrisa, y pensaba que jamás volvería a verla…
Miró el cielo y levanto las manos como niño que pide ser alzado, recordó todos los momentos que habían pasado juntos, recordó las risas que llenaban su cuarto, el amor que los envolvía cuando estaban juntos, recordó la enfermedad y todos los meses de lucha en los que la salvación siempre estaba a un paso y siempre era inalcanzable, no podía dejar de llorar, el llanto le contraía el estomago sentía un dolor tan profundo como el vacio de su vida, las palabras no alcanzarían para describir la desazón, se hundía en el barro, se hundía en sus lágrimas, se hundía en su dolor, le dolía la vida, odiaba pensar, quería salir de su cuerpo, escapar de su mente, la lluvia seguía golpeándole el cuerpo, pero el cuerpo no podía sentir nada por fuera de aquella última imagen de ella recostada, se le había instalado en la mente y no había forma de sacarla. Se tiro en el pasto deseando ahogarse y ahí se quedo esperando morir, ya nada tenía sentido y de nada tenía ganas, por ende nada haría que se levante, para siempre se quedaría ahí, solo con su recuerdo de ella…

viernes, 10 de julio de 2009

Central

Ya es la hora, en minutos salen, la multitud se alborota, se respira la pasión, que se mezcla con el humo. Todos cantan, todos saltan, miles de voces se hacen una, se juntan en un grito estridente, la salida del equipo es inminente, la emoción embarga los corazones, el Kily encabeza la fila de once tipos de azul y amarillo que salen a encontrarse con una lluvia de papelitos, con un sinfín de gargantas saturadas que descargan todas sus esperanzas y expectativas en ellos. Yo soy uno entre los miles que cantan, salto y me muevo al compas de la masa, una mezcla de nervios y emoción me ganan el cuerpo y el corazón, de repente mi espíritu escapa de mi cuerpo, me elevo mas allá del techo del estadio, levanto la mirada y veo el rio, la bajo en seguida recordando que es allí donde se sucede la acción, veo sorprendido lo que pasa en las tribunas, a lo lejos un trapo flamea y reza “no se puede entender tanta pasión”, no se puede entender tanta pasión, repito para mi, la verdad que no, es tan inentendible como inexplicable, como entender aquella masa amorfa de gente que salta y grita sin otro estimulo que otra gente corriendo en un rectángulo verde. Un tipo de azul y amarillo corre, abre la pelota a la derecha, la toma un compañero y avanza en línea recta a gran velocidad “échalo” murmuran algunos, “encara para el medio y pégale” dicen otros. De la diestra del guerrero auriazul sale un centro perfecto al corazón del área, el nueve salta, se eleva, los corazones se paralizan, todas las almas del estadio saltan con él, lo ayudan, su cabeza se acerca al balón en el momento en que es derribado por un defensor rival “PENAL” ruge el estadio, nadie contiene el grito, todos se juntan en el mismo reclamo al tiempo que el pito sanciona la falta, “hacelo por favor hacelo”, la gente calla, tiemble, llora, “no se puede entender tanta pasión” pienso nuevamente, el jugador se para frente a la pelota, mira al arquero, se oyen los latidos de los corazones, se escucha el sonido del silbato y comienza la carrera, impacta de lleno en la redonda que sale escupida derechito a clavarse en el fondo de la red, las tribunas salen de su quietud, el grito de gol vuela mi espíritu unos metros mas arriba, la algarabía gana nuevamente las gargantas, las canciones se suceden algunas dirigidas al enemigo de turno y muchas otras al enemigo de siempre, miro incrédulo nuevamente los saltos, las lágrimas, los gritos, vuelvo a mi cuerpo con calma y alegría mientras repito el pensamiento “no se puede entender tanta pasión”.

lunes, 6 de julio de 2009

Apariencias

No le costaba mucho ser feliz, pedía poco y se conformaba con menos, su espíritu lo llevaba siempre a mirar el vaso medio lleno, tenía una gran fuerza interior que lo empujaba a superarse día a día, a estar contento con lo que tenía pero a la vez aspirar a mas. No se quedaba nunca muy quieto, se trazaba objetivos y luchaba por ellos. Era tranquilo pero no por eso costumbrista, obsesivo y frio y a la vez un tanto pasional en algunas cosas, reservado pero sincero. En definitiva no era más que un hombre, con sus virtudes y defectos, como tantos otros, solo se diferenciaba del resto por la sonrisa que le acompañaba la cara a donde esta fuera, era raro verlo amargado.
Así era él, o así demostraba ser, tal vez su coraza de felicidad inalterable era una apariencia, tal vez una fachada, un personaje que se había terminado por devorar a su persona, tal vez su rol de centro de atención, de cómico extrovertido era una pesada mochila que un día, sin darse cuenta había comenzado a cargar y ya no podía quitársela. O si, solo era una cuestión de decidirse, de decir basta de todo, parar la pelota y cambiar de frente, de no temer a no ser aceptado si se da la imagen de vulnerable. Tal vez no hacia falta hacerse el superado para parecer fuerte, ni se es mejor persona por no quejarse de nada.
Tal vez no es más fuerte quien no llora, tal vez la valentía la de una lágrima. Pedir ayuda, necesitar un abrazo, llorar en un hombro ajeno, no te hace menos hombre ni mas fuerte. Tal vez un día se de cuenta que no por decirse feliz se sea y tal vez ese mismo día se anime a sacarse la careta y la mochila y desnudar su personalidad tal cual es, tal vez ese día, consiga por fin que estar contento no sea solamente una apariencia…

viernes, 3 de julio de 2009

Solo

Como duele respirar, como duele pensar, como me duele vivir, trato de salir de mi quietud, escaparle a la depresión en que me sumerge tu recuerdo, cierro los ojos buscando alguna imagen que me reconforte, pero una y otra vez tu cara se aparece en mis pensamientos, tu olor me persigue, tu sombra me acecha. Estoy solo, nada quedo en mi vida mas que tu recuerdo, solo me abrazo a él, evoco tu sonrisa e intento besarla con la dulzura que lo había echo una y mil veces, escucho tu voz en el aire, busco tus ojos en los rincones, nada real quedo de vos en mi, solo una foto y un mensaje de voz, que escucho hasta el cansancio cada vez que te extraño y es que son tantas las veces que te extraño...
Dudo por horas, decido llamarte, lloramos juntos por largos ratos en el teléfono, pero nada cambia una vez finalizada la conversación, tu decisión no tiene vuelta atrás y si bien cambiaria un brazo porque las cosas hubieran sido diferentes nada de lo que haga o diga tiene valor alguno para vos. Sigo solo, buscando alguna luz en este cuarto oscuro, sigo solo esperando que algún día decidas regresar, sigo solo desesperando porque se que eso nunca va a pasar…