martes, 22 de mayo de 2012

Parar el pensar

La angustia de gritar en silencio por vivir realidades que no existen. La voz que no sale por que no hay quien la escuche, el silencio de la calma de la obscuridad, la ausencia de vida alrededor de una vida… La desesperante espera de no saber que esperar, el pasaje de un mundo a otro mundo igual y la repetición de lo mismo una y otra y otra vez. La esclavitud de vivir a la sombra de los deseos. La cárcel que genera el régimen mental y sentimental de aferrarse a lo que tarda más en llegar que en irse. Lo ilógico de la lógica del pensamiento humano atado a los caprichos del sentir atravesado por lo cotidiano de no saber que se quiere. O más bien si lo que se quiere parte de la realidad de un deseo o de una imposición de la cultura… Puede que lo que diga y lo que escriba no tengan un sentido ni una finalidad, puede que sean tan solo esbozos de pensamientos inconexos pero necesarios en esto de hilvanar una idea para llegar a una conclusión, es que cuando no hay claridad mental ayuda la lluvia de ideas y para tratar de hacer consciente lo que se piensa no encuentro nada más efectivo que ponerlo en palabras. Es raro el pensar el pensamiento, es difícil acomodar la mente cuando no para ni se detiene, me comí la curva y pisé el piano, me fui de pista, me enredé, es que a veces me mareo de tanto pensar y preciso escribir para poder dormir. Catarsis literaria, crear palabras en un papel para sacar de la mente un sinfín de pensamientos extraños que se basan en una sola pregunta: ¿Qué es la justicia sino la injusticia convencionalmente aceptada?