martes, 6 de diciembre de 2011

Los pasos de los fracasos

Y un día el esfuerzo ya no alcanza… miras para atras en la búsqueda de un puto logro y no encontras siquiera una estúpida mueca de satisfacción en el trascurso de tus días. Tu vida no es más que una sucesión de fracasos y cada uno pesa un poco más. Te ves envuelto en una nube gris de la que no se puede salir, todo es niebla, todo es oscuridad y no hay siquiera una vela que ilumine el sendero correcto por el cual transitar.
Y un día el esfuerzo ya no alcanza… cansado de tropezar decidís quedarte tirado, esperando que alguien se digne a alcanzarte una mano que te ayude a levantar. Buscas en tus recuerdos un instante de aprobación ajena sobre el cual rearmar tu autoestima y no encontras siquiera una palmada de aliento en tus momentos más difíciles. Siempre fuiste un perdedor, el estigma te persigue por la vida y te pesa, te cansa, te agobia. Nadie mira tus logros, para nadie son importantes ni siquiera para vos, que seguís inmóvil ante la mirada hostil del mundo, sufriendo, implorando piedad, esperando una caricia.
Y un día el esfuerzo ya no alcanza… en verdad nunca alcanzó, nunca fue suficiente, te quedaste en el camino tantas veces como empezaste a andarlo, te rendiste ante la adversidad incluso más veces de las que ella se te presentó, batiste todos los records del fracaso a causa de tu falta de confianza basada en la idea extrema de querer deslumbrar a todos y sin poder siquiera hacer suspirar a uno.
De tanto buscar aprobación afuera terminaste decepcionándote hasta a vos mismo, conseguiste ser el segundo hombre más perdedor sobre la tierra, porque de tan perdedor que sos ni siquiera te dio el cuero para ser primero.
Y un día, o bien todos los días, el esfuerzo ya no alcanza, porque no es suficiente, porque nunca lo fue, porque siempre que empezas sabes que no vas a terminar, es tu estigma, tu suerte, tu destino, nadie mira con tus ojos, nadie siente tu dolor ante cada trunco camino al éxito, es que nadie se da cuenta, o a nadie le interesa que lo único que estas pidiendo a gritos es un poco de atención, pero como siempre en tu vida equivocas los caminos y ni siquiera sos capaz de conseguir tus deseos inconscientes.
Y así te quedas, así estas, así vas a seguir, solo, aturdido, perdido en un mundo que sentís ajeno, esperando un susurro al oído, un abrazo, algo que te haga sentir querido… así seguirás hasta el fin de la historia, siendo nadie, porque así lo elegís cada mañana, porque preferís esperar que los demás lo noten a torcer el rumbo de tus equivocaciones y hacerlo notar con claridad y confianza…