jueves, 28 de agosto de 2008

Los buenos mueren II

Estamos en Chile, el 11 de septiembre de 1973, mas precisamente en el Palacio de la Moneda, allí dentro se encuentra Salvador Allende con unos pocos hombres, afuera, las tres ramas de las Fuerzas Armadas están bombardeando todo el perímetro del país, quieren reconquistar la Nación, terminar con este gobierno de tinte socialista y comenzar la era neoliberal presidida por Augusto Pinochet. Exigen la renuncia del presidente, tienen rodeado el Palacio, ponen un avión a disposición de Allende para que se retire del país y no vuelva.

El presidente rechaza la oferta, siempre había creído que vale la pena morir por todo aquello sin lo cual no vale la pena vivir, consigue comunicarse con Radio Magallanes y así proclamar su último discurso, le habla por última vez al pueblo chileno: “yo no voy a renunciar […] Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad al pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que hemos entregado a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos.”

“Seguramente Radio Magallanes será acallada y el metal tranquilo de mi voz ya no llegará a ustedes. No importa. La seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes. Por lo menos mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal con la Patria.”

Se encerró en el Salón Independencia y cuando su reloj Galga Coulde marcaba las 14.30 se voló la cabeza con un fusil AK-47, unos minutos mas tarde ingresó a la habitación un militar, al encontrar el cuerpo sin vida del ex presidente se comunicó con Pinochet y entregó su informe “Misión cumplida. Moneda tomada, presidente muerto”. Comienza así un periodo de casi 17 años que serian los más oscuros en la historia chilena.

miércoles, 13 de agosto de 2008

No ser

Cayó, así, sin mas, sin gracia ni estilo, sin avisar, la enorme estructura en la que se había erigido su autoestima se derrumbo de un soplido… un tropezón no es caída, reza un dicho popular, es un dicho, no una regla, pero aquí tuvo su excepción ¿ O habrán sido una serie continua de tropezones? ¿ O será que al no aprender de los errores se vuelven a cometer una y otra y otra vez? Quién sabe, lo único cierto es que hoy, él, que creía poder conquistar el mundo con solo proponérselo, que si bien no se consideraba exitoso sabia escaparle a la mediocridad, se encuentra atrapado en la más profunda decepción de sí mismo, falló, fracasó, no le gusta esa palabra, pero hay que llamar las cosas por su nombre, quién no alcanza la meta, quién no llega al objetivo que se propuso, fracasa en el intento, a algunos les duele más que a otros, a él le duele mas que a todos. Y ahí esta, tirado, su soberbia lo condenó, de haber sabido limitar sus exigencias tal vez hoy se sentiría mejor.

Lo bueno es que siempre hay tiempo de cambiar, lo bueno es que se puede volver a empezar, que luego del fracaso se reformulan las metas y a la carga otra vez, porque no puede salir siempre todo como se planeó, porque en la vida es licito equivocarse de vez en cuando. Lo malo es que él piensa que esas son excusas de perdedores, lo malo es que el hoy se aferra a esas “excusas” lo malo es que hoy piensa que se convirtió en lo que siempre detestó.

martes, 5 de agosto de 2008

Lágrimas

La noche está fría y oscura, de vez en cuando un auto pasa y rompe la soledad de las calles. En la plaza del pueblo el silencio solo es interrumpido por el crujir esporádico de las hojas movidas por la brisa, en ella, sentado en un banco bajo un farol, un hombre llora, llora como un niño, llora como un grande, llora para que sus lágrimas le abriguen sus mejillas, llora porque teme que ya nadie lo ame, llora porque el corazón no le responde a la cabeza, porque quisiera olvidarla, pero mas quisiera que lo quiera, llora porque a veces hace bien, llora porque él siempre esta mal, llora porque mal está por él, pero mas mal esta por ella, porque ella no está mas...