martes, 31 de marzo de 2009

Pasión

Hay ciertas cosas que se viven o se desconocen, se sienten o se ignoran, la pasión es una de ellas, la pasión no puede comprenderse desde afuera, es desmedida, desproporcionada, parcial y subjetiva, es inentendible. Quien no tiene pasión difícilmente consiga algo en la vida, porque es ella la que moviliza al humano. La pasión es amplia, acapara muchos o todos los aspectos de la vida.
Creo que hay algo que es lo mas representativo de este sentimiento, creo firmemente que el fútbol es la pasión por antonomasia, el fútbol no se explica, se vive y se siente, se palpa, se mama y se absorbe, ir a la cancha no se compara ni se entiende. “El fútbol es el opio del intelecto” afirman algunos y puede que tengan razón, el fútbol no se piensa, se mira, se alienta, se sufre, se llora y se ríe, uno lo ve desde afuera y se siente dentro. Cuando juega el club del cual somos hinchas decimos jugamos, perdimos o ganamos, no son los jugadores, somos todos, es tan raro y tan común, tan simple y tan complejo, que no puede explicarse a ciencia cierta. Es un deporte capaz de hacer que cambie el ánimo de miles de personas, una jugada puede hacer del día más triste la jornada más feliz. Para quien no lo siente le resulta ridículo y sin sentido y tal vez lo sea, tal vez es cierto que no hay motivos reales para que algo tan externo, ajeno y lejano se funda tanto en nuestras raíces y nos convierta en animales que responden a un instinto primitivo de gritar junto con la masa, sin pensar ni reflexionar, respondemos a estímulos específicos con conductas aun mas especificas, casi que dejamos de ser humanos, nos convertimos en máquinas por noventa minutos.
Fútbol, pasión de multitudes, fenómenos de masas, esa cosa tan propia y tan ajena que enamora y enajena, que nos hace tan iguales a los propios y tan distintos a los rivales sin que haya sin embargo entre unos y otros ninguna diferencia. Fútbol y pasión, pasión y fútbol, conceptos cercanos y similares, se albergan y contienen mutuamente y ninguno de los dos puede comprenderse fácilmente. Términos que se viven y se sienten, que simplemente pasan, es así, parafraseando a la publicidad, hay ciertas cosas que las palabras no pueden explicar, para todo lo demás existe el diccionario.

domingo, 29 de marzo de 2009

Fantasmas

La oscuridad lo cubría todo, el silencio era sepulcral, la noche cerrada, fría y solitaria estaba en su punto de máxima expresión, el caminaba por aquel camino desierto, había perdido el último colectivo que lo llevaba a su pueblo y había decidido volver a píe, nadie pasaba por la ruta a aquellas horas de la madrugada, aguzaba la vista y los sentidos tratando de percibir cualquier ruido, estaba un poco asustado, la noche era muy grande o el muy pequeño, a lo lejos divisaba la pequeña luz de un farol de alguna casilla campestre del costado del camino, avanzaba con paso veloz y lo iban atormentando sus propias fantasías, no sabia bien a que le temía, pero sentía esa adrenalina que da el miedo a la oscuridad, esa energía extraña que produce el temor a lo desconocido.
A mitad de camino se encontraba ya y comenzaba a calmarse lentamente, el croar de los sapos y el cantar de los grillos le ponían música a su caminata. Mirando las estrellas se encontraba cuando escucho la clara voz de un niño “mamá los nenes me molestan” “mamá los nenes me molestan no me dejan jugar”, el corazón le dio un vuelco, lo paralizo el temor, con el rabillo del ojo vio el reflejo de un niño pequeño, sollozando en el pasto y repitiendo entre gimoteos “los nenes me molestan, no me dejan jugar”, a los poco metros de él se veían claramente un par de chiquillos alegres que reían al parecer del pequeño, se le acercaban y lo fastidiaban, “basta, basta” repetía, al parecer se cansó y se levanto, “mamá, los nenes me molestan” repitió, del lado de enfrente de la ruta apareció la figura de una señora andrajosa “¿que pasa hijo?” pregunto con una voz que no parecía humana, “los nenes me molestan, no me dejan jugar” repitió el niño ya exaltado y salió corriendo hacia la ruta, alcanzo la carretera al momento que un auto aparecido de la mismísima sombra lo arrolló con una fuerza asesina, el pequeño voló unos metros y se esfumó en el aire junto con el auto, los otros chicos y la señora andrajosa. El hombre que durante toda la aparición no había podido moverse cayó en el pasto, llorando, desesperado, nunca había creído en fantasmas, nunca pensó que alguna vez podría pasarle aquello, “los nenes me molestan no me dejan jugar" oyo nuevamente, “basta” pudo exclamar el por fin, “los fantasmas no existen”, quiso convencerse, “¿y yo que soy?” pregunto el niño, la pregunta lo desconcertó, perdió por completo el dominio de su cuerpo, se estaba desmayando, lo último que escuchó antes de perder la conciencia fue “mamá, los nenes me molestan, no me dejan jugar”.
Con las luces del amanecer apareció en el costado de la carretera el cuerpo sin vida de aquel hombre, nadie pudo explicar aquella muerte, nadie supo que le habría sucedido, no era la primer persona que perecía en aquel lugar, era el cuarto caso. Casualidad, es casualidad, afirman los escépticos que creen que estamos solos en este mundo, “casualidad”, palabra santa, así mismo ninguno de ellos se anima a pasar a la noche caminando por aquel lugar, nadie va a comprobar por sí mismo la nitidez con que se oye el “mamá, los nenes me molestan”

jueves, 26 de marzo de 2009

Mi pais

Mi país no es un cuerpo humano, pero estoy seguro que si lo fuera, hubiera nacido con la cabeza en los pies, porque en mi país se hace todo al revés, desde siempre fue así y eso duele, y no es cualquier dolor el que se siente cuando se mira alrededor y se ve que todo está podrido, que es todo una gran basura, no es cualquier dolor el que nace de saber que todo esto es una mierda.
Hoy se prende la tele y se ven a los nuevos exponentes sociales, Susana Giménez, Moria Casan y Marcelo Tinelli, estos alcanzaron el papel de caudillos postmodernos y yo me pregunto ¿Cuántas cosas se hicieron mal en el camino para cambiar los Artigas, los Estanislao López o los Alberdi por estas personas?
Esto esta cada vez peor, se palpa en las calles, hay un problema de fondo, cultural, educacional y social, pero calmaos, la solución esta al alcance de las manos, tiene que volver el Servicio Militar Obligatorio!!! ¿TIENE QUE VOLVER EL SERVICIO MILITAR OBLIGATORIO? Si, parece que esa es la salida, en el mundo del revés educan los militares, no los padres ni los maestros, mi país busca esas salidas para sus problemas, nunca faltan los defensores de la mano dura.
Esto esta mal, se quiere pasar del fotolog al liceo sin escalas, como los chicos no obedecen hay que enseñarles la conducta de la sumisión, del respeto, de la obediencia de vida y punto final. Deben aprender a no pensar, callarse y hacer caso, cuanto más dóciles mejor, deben madurar y no hay otra forma que en la colimba. Hoy nadie se acuerda el porque de la abolición de la obligatoriedad de este régimen feroz, cruel y por muchos momentos antihumano, hoy la mayoría cree que los militares pueden ser los gestores de las generaciones venideras, porque ellos si saben pedagogía.
El país esta en terapia intensiva y nadie hace algo bueno por él, se está yendo todo al carajo y parece ser un proceso irreversible. En cualquier momento se va a enviar un proyecto de ley al senado para adelantar el mundial 2010, para ver si así podemos hacer nuevo uso del útil recurso de esconder los problemas atrás de la pelota de fútbol.
Mi país con su cabeza en los pies, ya no sabe que hacer para curarse, no sabe como enfrentar la inseguridad, ¿a alguno se le habrá ocurrido ya la genial idea de hacer una nueva campaña del desierto? Seguramente sí, nunca faltan mentes de esa estirpe y si no se puede eso tengo una idea más fantástica aun… Organicemos una guerrita contra alguna potencia mundial! Mandamos a todos estos pendejos molestos para ver si crecen de una vez! Ahí si que van a madurar, pero hay que tener cuidado, no todo va a ser color de rosas, porque quien pronto madura, irremediablemente pronto se pudre, salvo mi país, que como es el mundo del revés, se esta pudriendo sin haber madurado nunca.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Actuar para vivir

Hoy me siento un teatro, grande, glamoroso, iluminado, lleno de vida, ruido y gente, alegre, imponente y genial. Un teatro de esos a los que uno lo hace feliz conocer y visitar, ver las presentaciones que en el se llevan a cabo y llenarse de los olores, sabores y sentimientos que de él emanan. Un teatro, de esos que contagian la magia de su escenario a los espectadores, esos en los que uno no puede evitar sonreír, solo por tener el placer de verlo, conocerlo, sentirlo…
Hoy me siento un teatro, y claro esta que en algún momento, en todo teatro, termina la función, se apagan las luces y se escucha el último aplauso, claro esta que en ese momento el teatro queda vacio, silencioso y triste, ni los ecos de la alegría pasada quedan dentro y todo es oscuridad y soledad, no quedan ni las luces de emergencia, ni siquiera y aca si contradigo a Juan Carlos, quedan los fantasmas de ayer, porque nadie elige el teatro para morir y nadie quisiera pasar la eternidad vagando por un lugar tantas veces desierto.
Hoy me siento un teatro y nadie viene siquiera a ensayar, quedo lejos el espectáculo pasado, en aquel momento la gente se llevo una imagen magnifica de sus instalaciones, lo vio en su máximo esplendor, vio lo formidable de su magia, disfruto del show y se marchó, dejando así las butacas vacías, los pasillos deshabitados, las entradas despejadas y así un lugar que en un momento fue genial se convirtió en algo vulgar.
Hoy me siento un teatro limpio y apagado, pero se que muy pronto las luces volverán a encenderse, los actores regresaran a escena y el público retornara a sus asientos, los aplausos resurgirán de todos los rincones y así este teatro recuperara su luz y podrá brillar, quizá incluso mas de lo que nunca había brillado.

domingo, 22 de marzo de 2009

Reencuentros

Muchas veces había soñado aquel momento, muchas, miles quizá, en aquellas tardes de llanto en soledad, en aquellos días de dolor profundo, punzante, aquellos momentos en los que ya nada tenía sentido, porque todo en mi vida eras vos y vos habías decidido alejarte dejándome sin nada.
Cuando recibí tu llamado para encontrarnos no supe bien que responder, no entendí tampoco el porque de volver a vernos tras tantos meses de separación, pero igualmente acudí a el sin saber que esperar de aquel reencuentro. Tal vez esperaba que me devuelvas los años de vida que me habías quitado, porque eso sentía en ese momento, que te habías robado una parte de mi existir, todos los proyectos que habíamos planificado juntos se habían desvanecido en el aire dejando mi alma vacía y mi vida sin un sentido aparente, tal vez viéndote podía recuperar todo aquello que de mi se había perdido en nuestra relación.
Esa ilusión de resurgir, de volver a ser lo que era antes de conocerte, de recuperarme a mi mismo, culmino en el preciso instante en el que volví a verte, en tu “hola” descubrí que ya nada era lo que había sido, que ni yo ni vos éramos los mismos, que vos no eras aquella chica de la que me había enamorado, que habías cambiado mucho, pero… ¿En verdad habrías cambiado? ¿O eran mis ojos los que ahora veían las cosas de otra manera? Creo que estoy mas cerca de pensar que esto último es lo que sucedió, vos podías ser la misma, pero yo ya no, de mi corazón se habían borrado los últimos rastros del amor que nos había unido y mi ser se estaba desencantando de lo que veía.
Tenia una imagen idealizada de vos, será, como dice García Márquez, que el corazón tiene la extraña capacidad de potenciar los recuerdos bellos y olvidar los feos, será que la memoria nos engaña, no se que es lo que será, solo se que había un abismo entre mi recuerdo de tu figura y la realidad que se desnudaba en aquel momento ante mis ojos.
Ese día descubrí que ya no te quería, ese día descubrí que ya nada nos unía, que a pesar de lo fuerte de los lazos que alguna vez nos habían atado hoy ya nada existía, ya nada quedaba de aquel amor que todo lo había acaparado. Ese día descubrí y vaya que me llevó tiempo hacerlo, que algo que alguna vez fue todo no puede terminar sin que todo lo que quede sea nada.

domingo, 15 de marzo de 2009

Incertidumbre

Pocas certezas, muchas dudas, poco clara mi evolución, un poco oscuro mi destino. Pocas certezas, incertidumbre, dolor, dolor, dolor. Hoy no se, simplemente eso, no se. Ni siquiera estoy seguro de saber que no se nada, porque nada es nada y todo en mi choca contra la ignorancia de mi propio devenir.
Las dudas que me acogen me consumen, me extinguen, me impacientan y desesperan. Sin certezas, con temores, con oscilaciones y dolores, me pesan mis propias indecisiones, me perturba mi cabeza y no se que hacer, si ir o quedarme, si avanzar, frenarme o retroceder, si esperar el final o buscar el principio.
La pregunta sobre que hacer se repite en mi mente, la respuesta no la encuentro por ningún lado, la busco, por doquier y no consigo hallar siquiera una punta de ella, espero algo que no se que es, me aferro a la esperanza que en cualquier momento pueda recibir una señal que me marqué el camino a seguir. Mientras espero desespero, desespero sin remedio, sin paz y sin compañía, nadie puede ayudarme, soy yo contra mi mismo en un juego en el que tengo todas las de perder, soy yo contra mi mismo y no podemos ganar los dos, sigo esperando mientras voy desesperando cada vez un poco mas, aguardo el momento oportuno en que por fin suceda, el tema, claro, es que no se que es lo que tiene que suceder.
Pocas certezas, muchas dudas, poca certidumbre, mucha indecisión, mucho temor, mucho dolor, pocas esperanzas, poca luz en mi futuro, poco felices las expectativas de mi destino, mucha vaguedad en mis acciones, mucha ambigüedad en mi indeterminación. Mientras mi mente lucha contra si misma, se autodestruye mi cabeza y se erosiona mi corazón, mientras siga dudando, nada en mi se hará certezas y mientras siga esperando, obviamente, voy a seguir desesperando…..

miércoles, 11 de marzo de 2009

Frases I

Una nueva sección en mi blog, la primera y única creo yo que necesita presentación, en esta escribiré frases que he recopilado a lo largo de mi vida e intentare explicarlas y encontrarles un sentido, no se si mi intelecto estará a la altura, pero me sobra actitud, espero ahora sí, que este espacio se convierta en un foro de polémicas…

“Fiat iustitia et pereat mundus”, adagio latino pronunciado por Ferdinand I Emperador del Sacro imperio Romano en el siglo XVI. Esta frase significa: “Que se haga justicia y desaparezca el mundo”, la tomo en este momento porque es una pronunciación que llama considerablemente mi atención, no es una expresión sencilla de analizar, a tal punto que mas allá de su creador, nadie la ha usado mas que como una pregunta retórica: ¿se debe hacer justicia cuando está en juego la supervivencia del mundo? Solo Immanuel Kant se atrevió a recoger el guante y explicar: “ese dicho significa, en palabras llanas: la justicia debe prevalecer, aunque todos los pícaros del mundo deban morir en consecuencia”.
A mi entender, esa frase es un tanto mas abarcativa que la acotada respuesta que da el gran filosofo alemán, para mi, en este proverbio se trata un tema mucho mas delicado: “la verdad”, porque utiliza un conector que remite a que lo primero es condición necesaria y suficiente de lo segundo, es decir, que irremediablemente, si hay justicia desaparece el mundo, así como la imperfección es condición esencial para la existencia humana, también lo es la injusticia y por lo tanto la mentira. Por decantación podría aseverar que dos de los principales valores humanos, la verdad y la justicia, términos que sin lugar a dudas van de la mano, serian irrealizables en su plenitud y justamente a causa de la imperfección inherente a la condición humana. Recuerdo en este momento una frase de la que lamentablemente no tengo reminiscencia de su creador, pero decía “una paz injusta, (valor concreto), es mejor que la justicia, (valor abstracto)”
Concluyo de este pequeño análisis, que es imposible encontrar en este mundo valores absolutos, que la verdad no existe en estado puro, que la única función de una verdad es mantener oculta otra y sin duda, sin verdad no puede bajo ningún aspecto existir una justicia. Ahondaré quizá en otro momento los distintos significados, usos y abusos que se le dio y da a la verdad, hoy no quiero quitarle protagonismo a la justicia.

lunes, 9 de marzo de 2009

Rutina

Su vida era un circulo, sin averías, perfecto, un circulo vicioso donde cada final era un comienzo, todos los días eran iguales, su existencia se sucedía en una serie interminable de lunes, nada de distinto tenía para él el hoy del ayer y sabia a ciencia cierta que tampoco diferiría del mañana, levantarse, desayunar y partir, el mismo colectivo a la misma hora, las mismas caras, las mismas palabras, una rutina insoportable que lo consumía.
Su trabajo era siempre distinto y siempre igual, era empleado en una gran empresa de una gran ciudad, tenía muchos compañeros, pero no hablaba con ninguno, su única compañía en aquel lugar era su computadora, con ella debía estar las ocho interminables horas que pasaba allí dentro, cada día tenia una nueva serie interminable de números y planillas carentes de sentidos que volcar en ella. El tiempo allí dentro parecía detenerse, nunca pasaban los minutos.
Cuando por fin acababa aquel martirio se dirigía a su casa, allí descansaba mientras miraba televisión, no tenía muchos amigos, los años se le fueron diluyendo y sus compinches de siempre fueron contrayendo diferentes obligaciones, trabajos, esposas, hijos, por lo tanto ya no existían esos tiempos en los que se juntaban a tomar algo y pasar las horas hablando de todo o de nada sin importancia alguna. No tenía pareja, aun en su vida quedaban los resabios de una relación trunca cuyo final no había podido superar. A veces lloraba en silencio, solo, en el sillón de su hogar, tratando de encontrar en el frio aparato que lo acompañaba algo de que reír.
Se daba cuenta que se le estaba yendo todo de las manos, que no conseguía salir de la cronología cíclica que lo absorbía, se daba cuenta que estaba cada vez mas solo, que nunca nada le había salido bien, que todo lo había perdido o dejado escapar, a veces por culpa del destino la suerte o el azar, tal vez por ejemplo, sus padres estarían si no fuera por aquel hombre que se subió a un auto borracho a ellos los había perdido sin remedio, pero a ella la había dejado ir y eso no se lo perdonaba.
Su historia no podrá tener un final que difiera del siguiente principio, él hoy es un número en un lugar lleno de números, un punto en una línea, una paja en un pajar, el hoy es nadie, hoy se da cuenta que la vida es una serie infinita de decisiones en las que cada equivocación pasa factura mas adelante, se da cuenta que la esencia esta en pensar antes en vez de arrepentirse después, se da cuenta de muchas cosas, pero se le escapa el meollo, el punto nodal de lo inherente a la existencia humana, esto es, claro, que nunca es tarde para intentar volver a empezar, que los errores del pasado siempre pueden servir para mejorar el futuro, que no hay porque quedarse en un lugar, solo por temor o conformismo si no se es feliz, no se da cuenta que el miedo y la quietud lo llevaron a tener hoy esta vida que detesta, tal vez algún día lo note, tal vez algún día empiece a arriesgar para así poder ganar, tal vez algún día, se levante y se de cuenta que siempre y para todos, hay otra oportunidad…

viernes, 6 de marzo de 2009

Volar

En el barrio lo conocían como el loco de los cielos, eso él lo sabia, pero no le daba importancia, nadie nunca lo había tomado en serio, igual no se preocupaba por aquello, él sabia que los demás nunca lo comprenderían, el sabia que este mundo no le da mucho lugar a la gente que quiere alcanzar cosas difíciles, sabia que las personas se preocupan por nimiedades, que había nacido en un planeta donde los sueños son playos porque nadie quiere esforzarse ni siquiera para soñar.
Él tenia una ilusión que lo desvelaba, ya se había convertido en una obsesión, quería aprender a volar, libre como los pájaros, quería visitar el cielo y besar las nubes, pasaba horas en la plaza de su barrio, tirado, mirando hacia arriba, observando la inmensidad, ni se molestaba en fijarse como era mirado por las transeúntes ocasionales del lugar, no se detenía a oír sus burlas, su única intención era aprender la técnica que lo llevaría a las alturas.
Todos los días se levantaba confiado que ese seria el día en el que alcanzaría su sueño, probaba diversas formas, movía sus brazos con fuerza, invocaba el poder de su mente, saltaba con fuerza, hasta llego a hacer la vertical, aunque nunca supo bien el motivo, no dejo nada sin hacer.
Por fin una tarde decidió que nunca podría arrancar desde el llano y levantar vuelo, debía ir hacia algún lugar lo suficientemente alto para desde allí saltar y poder por fin flotar en el aire sin ataduras, sin hacerle caso a la tonta ley de la gravedad que según él nadie nunca había demostrado, así fue como ese día se dirigió al edificio mas alto de la ciudad, se las ingenio para entrar subió por el ascensor hasta la terraza y desde allí vio toda la ciudad. Se sorprendió de lo maravilloso de la vista, se ilusionó con la idea de poder ver todo desde mas arriba, sintió el viento correr por su rostro y lo emocionó el saber que pronto esa sensación se intensificaría, que pronto conseguiría su objetivo de poder volar, tomo carrera, corrió tan veloz como pudo, llego hasta el fin de la terraza y salto, sus pies dejaron de tocar el piso, su cuerpo comenzó a sentir la fricción del aire que se precipitaba veloz por su piel, ya nada lo ataba a la tierra, por fin había alcanzado su meta.
Obviamente no sobrevivió a la caída, el golpe fue tan brusco que pereció en el momento, el loco de los cielos ya no observaría la inmensidad en la plaza, hoy había sido el día en el que había echo realidad la frase que alguna vez alguien le escuchara decir en un bar cualquiera: “Prefiero morir persiguiendo mis sueños que vivir sin ellos”.

jueves, 5 de marzo de 2009

Un día I

Un día el país se movió y no fue a causa de un terremoto, un día la gente se levanto de sus sillas y salió a la calle y no fue por una victoria Argentina en un mundial, un día, miles de personas salieron con sus cacerolas, cacerolas sin marcas, cacerolas abolladas, gastadas y quemadas, por los largos fuegos de los muchos guisos y pucheros que habían tenido que bancarse en estos años de crisis. Con los años se dirá que fue porque le tocaron el bolsillo a la gente, que este país es individualista y nadie hace nada por el otro, pueden tener algo de ciertas esas acusaciones, pero ese día los individualistas unieron sus gritos, formaron un frente hegemónico superador de cualquier corporación, se aunaron las voces, se congregaron los reclamos y el grito fue uno solo “que se vayan todos”, fue un pedido, un deseo, una súplica que atronó contra la noche Argentina, un país no dormía, un país despertaba de un largo letargo en el que casi había dejado su vida y sin duda había perdido parte de su identidad.
El pueblo unido jamás será vencido, se escuchaba en los rincones y las vueltas de las esquinas, Plaza de mayo fue el lugar elegido por la prensa para darle mayor cobertura al hecho, allí se veía claramente la pelea desigual, se enfrentaban cacerolas contra macanas, gritos contra disparos, civiles contra uniformados, el pueblo le hacia frente a sus representantes y estos mandaban a reprimir sin miramientos, la fuerza policial avanzaba para hacer retroceder las manifestaciones y derribaba todo a su paso, 39 muertos fue el saldo trágico de aquel 19 y 20 de diciembre de 2001.
Un día el país quiso ser protagonista de su propio destino, un día la gente quiso torcer el rumbo de la historia, la clase media quiso resurgir de las cenizas, un día se hiso historia, lástima que alguna parte del “que se vayan todos” se perdió en el camino, lástima que mas allá de algún escape vergonzoso el todos termino siendo nadie o el que se vayan se convirtió en quédense, lástima que solo se cambio algo para que nada cambie, que nuevamente un país se acomodo en su cama dispuesto a dormir otra larga siesta, lástima que un día, fue solo eso… un día.

martes, 3 de marzo de 2009

Perdiendo el tiempo

La música, el alcohol, la gente, los decibeles altos, las luces estroboscópicas, todo el entorno generaba el ambiente perfecto para quien sabe moverse en los boliches, el ritual se repetía todos los fines de semana, la asistencia a ese lugar era una costumbre para cientos de jóvenes.
Por la pista caminaba un muchacho con aire despreocupado, llevando en sus pasos el ritmo de la música que sonaba, paseaba de aquí para allá tratando de conquistar algún amor pasajero, no necesitó mucho andar para divisar una linda joven a quien intentaría hacer caer en su juego trillado, se le acerco lentamente, la miro y le dijo:
- Disculpame, ¿vos estudiaste para ser tan linda?
- No – respondió ella con el ceño fruncido – ¿vos estudiaste para ser tan pelotudo?
- Sí – dijo el rápidamente, sin dejarse amedrentar por el desplante – estudié en Harvard, pero me echaron por pelotudo.
- No es para menos – devolvió ella, pero ya su seriedad le había dado paso a una tímida sonrisa.
- Sabes lo que pasa – confió él – Harvard queda en Estados Unidos y allá no se habla castellano, porque es otro país, allá se habla alemán o algo así.
- ¿No será ingles?
- ¿Qué vos fuiste?
- Jaja, no pero me conto un pajarito
- Pajarito alcahuete…. ¿Como me habías dicho que te llamabas?
- No te lo había dicho, Yolanda
- ¿Yo Landa? No, yo me llamo Adolfo, por el golfista ¿lo conoces?
- Mmmm, no ni idea.
- Viste, yo tampoco lo conocía, no se porque me pusieron un nombre tan feo y encima lo inspiraron en alguien tan desconocido, igual no me quejo, hay nombres peores… ¿Tus viejos no te querían tener eh?
- ¿Porque decís semejante cosa?
- Por como te castigaron con el nombre – dicho esto los dos rieron y comenzaron a charlar de cualquier cosa, obviamente no era un lugar para mucha filosofía, asique solo dijeron algunas cosas con poco sentido, los dos se divertían inventando cosas, ni uno ni el otro dijeron en toda la conversación algo que fuese cierto, se mintieron alevosamente tratando de tomarse el pelo, quisieron ser cada uno mas vivo que el otro y terminaron siendo dos tarados que pasaron toda la noche intentando retroalimentar su ego y tener alguien de quien burlarse al otro día, tras mucho hablar se besaron por un rato y luego cada uno con sus amigos, cada uno satisfecho, a pesar de lo vacio de aquel encuentro efímero que no iba a volver a repetirse.

lunes, 2 de marzo de 2009

Volver

“No creo que puedas volver a jugar al fútbol” esas palabras le habían quedado grabadas en la mente y aun daban vueltas en su cabeza, aquel día había sido de los mas tristes de su vida, el accidente que no había podido acabar con su existencia parecía si, haberle puesto fin a su carrera y con ella se iban todos sus sueños.
Al enterarse del diagnostico médico el club en que este jugador se desempeñaba decidió rescindirle el contrato, este fue otro duro golpe para él, ya que había echo toda su carrera en ese equipo y le había dado mil alegrías, sus goles habían ayudado a alcanzar innumerables títulos, se creía un ídolo indiscutido y con esto su mundo terminaba de derrumbarse.
Lejos de dejarse vencer por la adversidad el goleador se juro a sí mismo volver a las canchas, no paro de hacer los ejercicios de la rehabilitación, se entreno sin descanso y con mucho empeño, de a poco sus piernas iban respondiéndole, de a poco iba recuperando la fuerza.
Un buen día lo llamaron de un club pequeño para ver como estaba y si le interesaba hacer la última etapa de su recuperación entre sus filas, no lo dudo un instante y acepto, así fue como siguió entrenándose, albergando en sí la esperanza de romper los pronósticos de los profesionales con sus prédicas apocalípticas.
Su fuerza de voluntad y su tenacidad hicieron que consiga su objetivo, pudo comenzar nuevamente a hacer trabajos con la pelota y así recupero la sonrisa. Quiso la suerte, el destino o el azar que el partido en el que lo citaron para formar parte del banco de los suplentes fuera justamente contra su ex club, su antiguo amor, su actual condena.
No pudo dormir la noche anterior al encuentro, no estuvo tranquilo un instante en el banco de los relevos, le temblaron las piernas en el calentamiento previo y el corazón le dio un vuelco cuando el entrenador le dijo “entras”. El partido se moría en un 0 a 0 clavado, una pelota perdida llegada desde un saque de arco le llego a los pies a nuestro jugador, la paro como pudo, la miro y le dijo “ayudame”, la adelanto y le pegó un derechazo que fue a clavarse junto al poste, el gol fue el momento mas feliz de su carrera, salió corriendo, se dirigió hacia los palcos donde se encontraban las autoridades del club rival, se saco de encima a sus compañeros, miro hacia arriba y se saco la remera, dejando al descubierto otra en donde se leía claramente la insignia “esta bien, los perdono”.