martes, 28 de diciembre de 2010

Carmela

Tuve la suerte de encontrarme a lo largo de mi vida con grandes personas. Tengo la suerte que muchas de ellas aún me acompañan. Un día conocí a una mujer maravillosa que por esas del destino y la fortuna se convirtió en una gran amiga. Fue ella quién un día en una charla me mostró algo que había escrito. Hoy, a continuación y sin su permiso se los presento por el simple hecho de creer que merece ser leído. Espero que disfruten como yo de esta pieza literaria cuya última oración creo una obra de arte.


Cuando la conocí a Carmela sentí que estaba delante de mi una persona muy especial, además de que tenia la habilidad de hablar al revés y caminar para atrás, había algo mas que denotaba que su paso por este mundo era todo un acontecimiento. El afortunado encuentro se produce cuando ella, entrando a un bar en reversa, colisiona conmigo en el mismo momento que estaba saliendo con mi café. A pesar del dolor de mi cuerpo por las quemaduras de esta bebida humeante, no pude menos que admirar aquella belleza etérea que el destino había plantado tan descaradamente delante de mí. Pero lo que dijo a continuación no lo olvidaría jamás por el simple hecho de formular frases tan cargadas de significado y de una manera tan sencilla: Te quemaste?! – me pregunto. No! – le dije, aunque por dentro lloraba a mares. Es que no quería asustarla, parecía tan frágil… usaba vestidos de telas vaporosas y silenciosas, no tenia en su cuerpo ni un solo collar, aro o pulsera como si no quisiera que su presencia fuera advertida, como si no quisiera ser descubierta por algún sonido, como si no quisiera ser vista. Luego de ese suceso, nos vimos varias veces… bueno, en realidad, ella me veía porque yo no la notaba hasta que ella me llamaba por mi nombre. Su manera de vestir la hacia camuflarse fácilmente con la naturaleza por eso yo insistía constantemente en juntarnos en zonas urbanizadas y no en parques… tenia tanto miedo de perderla. Finalmente decidí pedirle que se fuera a vivir conmigo porque ya no soportaba el hecho de que desapareciera a cada rato, si hubiera sabido lo que iba a pasar no se lo habría propuesto. Todo marchó sobre ruedas durante los primeros días, pero luego todo cambió. Ella se sentía observada, como si pudieran leer sus pensamientos y ver en su interior, así que como resolución opto por quedarse desnuda para que no la notaran sin saber que producía el efecto contrario con las visitas, sobre todo con mis amigos… creo que estaban preocupados por ella, la miraban con atención sin apartar los ojos de su cuerpo, motivo por el cual tengo que agradecerles porque adivine que la razón era que no querían que yo la volviera a perder. No hacia falta… pero se que lo hacían por mi. Carmela inevitablemente comenzó a transparentarse… sí, empezó a desaparecer. Su angustia era la semejante a un animal cautivo, a un ángel al cual le quitaron cruelmente sus alas lo que me hacia sufrir horriblemente también a mi porque sabia que con esta vida no era feliz. Un día entre al baño con urgencia para hacer mis necesidades (si es que me entienden) y no note que Carmelita se encontraba allí cepillando su blanca dentadura: huyó como un aura despavorida y no pude volver a encontrarla hasta una semana después cuando pronuncio tímidamente mi nombre y hablo de su necesidad de ser libre nuevamente. Notando la tristeza de sus ojos diáfanos y como temblaban sus labios, no pude menos que dejarla ir porque en el fondo de mi alma sabia que si no aceptaba esto se marcharía para siempre. A pesar de lo duro que fue en un principio la separación nos dimos cuenta con el tiempo que no podíamos vivir el uno sin el otro así que todavía nos seguimos viendo. Carmela ha vuelto a su aspecto de siempre y ya no es una sombra gélida de luna sino una brisa de verano que como tal no puedo retener sino conformarme con el alivio de su frescura…

jueves, 23 de diciembre de 2010

Despertar del amor

La miro, me acerco y sonrío. Mi mano se acerca a su rostro, suave la acaricio, la siento, la toco, me agarra y me sostiene. Mis labios rozan los suyos y ya no me importa mucho lo que hay alrededor.
Me mira, se acerca, sonríe. Su mano se acerca a mi rostro y suave me acaricia. Me siento volar, invadido por sentimientos tan enormes como nuevos. Busco en mi alma la frialdad que me caracteriza y solo encuentro mi corazón acelerado.
Me sorprendo mirándola, me despierta una ternura infinita, inabarcable e inexplicable. Me siento tonto y extraño, atraído por su imagen que roza la perfección en cada uno de sus rasgos, enamorado por esa sonrisa que dibuja en su rostro y hace que se sonroje cualquier postal.
Me voy de mi, dejo de ser el que fui para convertirme en el que seré, mi mente diezma sus respuestas y se entrega mansa a mi corazón, mis pensamientos pierden fluidez y fuerza avasallados por los impulsos de mi alma.
El panorama de la vida me cambia por completo cuando mis ojos se ven en los de ella, es allí cuando deseo que el resto desaparezca, porque no siento que sirva en absoluto, hoy mi mundo es su mirar y no temo en gritarlo con toda la fuerza de mi voz.
La miro, me acerco y sonrío. Intento tocarla y comienza a desvanecerse, persigo el rastro de su existencia y me desespera pensar que está yéndose, continúo mi camino en busca de los vestigios que dejo su presencia. El horror le gana a mi corazón, se nubla mi mente y me ahogo por la tristeza del amor desaparecido.
Despierto, la veo a mi lado, me sonrío y me doy cuenta por mi sueños que mi amor es aún mas grande de lo que creía antes de dormirme.

jueves, 25 de noviembre de 2010

El inicio de la vida

La vida esta llena de momentos y sentimientos, de alegrías y tristezas, de esperanzas y nostalgias. El tiempo es un tren imparable que amenaza con llevarse todo lo que se cruce a su paso. Es difícil escaparse al dolor y el destierro cada vez que finaliza una etapa, se viven épocas de crisis internas en las que no se consigue armonía ni en el alma ni en la mente. Los recuerdos dibujan una sonrisa pero causan el trago amargo del temor de no volver a repetir aquellos episodios felices.
En eso se encuentra ella, cumpliendo los dieciocho años y sin saber porque no tiene ganas de festejar, pudiendo ver en su futuro nada más que su pasado. Encontrando en el fin de año una incógnita tan grande como su nostalgia…
Son momentos complicados, el fin de la escuela, el nacer de la vida. Con la secundaría termina la vida en masa. Uno ya no es lo mismo que el resto y empieza a forjar su propia historia, a elegir su camino para escribir su destino. Si bien el cambio parece brusco y grave, con el tiempo uno se da cuenta que es gradual y paulatino. El miedo al futuro no tarda en convertirse en alegría de vivir el presente, comenzar a disfrutar de otras cosas, encontrar en las diferencias el verdadero sentir de la amistad. El cariño por ahí pierde un poco de pasión y tal vez algo de histeria, pero los lazos se hacen más fuertes y resistentes al paso del tiempo.
En eso se encuentra ella, en el limbo de su historia, sintiendo el vacío de la época que esta perdiendo, con ganas de llorar que se convierten extrañamente en ganas de dormir, tal vez como una forma de demostrarle al mundo que esta enojada con él y no quiere verlo por un tiempo.
Ella, Queri, Natalia, mi hermana, hoy cumple dieciocho años generando a su alrededor un aura de cariño para todo aquel que la rodea. Es difícil no quererla si ella se propone que la quieran, es difícil no querer matarla si se propone caerte mal.
Me cuesta describir a la gente que quiero por aquello que tantas veces aseveré, “las palabras tienen esa extraña incapacidad de no poder describir los sentimientos, donde estos son muchos, aquellas no alcanzan”. Y por esto que hoy solo puedo decir que espero se le pase pronto el estado de incertidumbre actual y recomendarle que se dedique a disfrutar cada instante de acá en adelante, porque la vida si uno mira para atrás pasa sin que nos demos cuenta, porque no se vuelve a cumplir dieciocho años y es un momento para festejar, festejar que uno deja de ser uno en un montón para ser uno en unos cuantos. Festejar que se acerca un verano que probablemente esté entre los mejores de la vida, festejar que empiezan las vacaciones con amigos, la independencia, el intercambio de anécdotas, las historias compartidas y un sinfín de momentos que irán llenando el hueco vacío que hoy tiene su corazón.
A levantar la cabeza, mirar para adelante y alrededor y darse cuenta de lo hermoso que es vivir con alegría. O como dice el Indio, a vivir que son dos días, descolgado del laurel!
Y ya voy terminando mi escritura nocturna con el deseo ferviente de la felicidad eterna para Queri, porque se lo merece, porque la quiero mucho y porque sencillamente y a riesgo de enojos en mi casa, es de lo mejor que tiene la familia! Estoy seguro que va a conseguir muchos de los objetivos que se proponga, ya que tiene la fuerza y personalidad para hacerlo.
Que no decaiga Nati, hay que respirar profundo mirar al frente y demostrarle a la vida que uno está para aguantar el tirón y que no hay viento capaz de hacernos caer. No hay que tener miedo al cambio, porque cambiar es crecer y crecer está bueno.
Que tengas un muy feliz cumpleaños y una mucho mas feliz vida, te quiero mucho…

lunes, 9 de agosto de 2010

Ni un resquicio en el infinito

Y un día se dio cuenta que ya nada lo motivaba, escarbó en las inmensidades del silencio buscando un indicio de aquello que alguna vez existió y que había perdido en el hueco vacío de un lugar invisible.
La motivación esquivaba a su vida desde hacía días, años, siglos quizás, no recordaba el tiempo que hacia que se encontraba sumido en esa quietud mental, no encontraba en su memoria fragmentos de los tiempos felices que sabía había vivido en épocas que a esta altura parecían remotos.
Un día se dio cuenta que ya nada le encantaba, se había dejado llevar por placeres mundanos, lo había engatusado el lujo y la comodidad y había sucumbido en la oscura soledad de un sistema que nada le ofrecía mas allá del dinero.
Todo en el era un prototipo de hombre moderno, sus hábitos, sus formas, sus expresiones. Se mostraba seguro y feliz para un mundo que por momentos lo veía como un triunfador. Su apariencia no tenía reflejo en su interior, oscuro, vacío, solitario.
Y un día se dio cuenta que nada lo motivaba, el sol se apagó dentro suyo y no encontró la perilla que encendería nuevamente la luz. A tientas intentó encontrar el camino que lo llevara a la alegría que sabía alguna vez había tenido, pero ya nunca halló el camino de regreso. Se hundió en sus propias banalidades y no le quedó más que padecer el peso de los días venideros. Supo que ya nunca encontraría la forma de volver a aquel idealismo de juventud, a aquellas risas frescas de adolescente. Se había encerrado en un círculo vicioso que no tenía puerta de emergencia.
Se había condenado un día y para siempre a existir en un mundo en el que la compañía no llena la soledad, porque la belleza está en un papel y no en una mirada…

martes, 8 de junio de 2010

Delirios

Movió el dial de la radio, despacio, muy despacio giró aquella maldita rueda que jamás conseguía ubicar en el lugar exacto. El temido ruido de la interferencia inundó la habitación, salió del parlante con la potencia de una turba iracunda de fieras salvajes, su mente dejo de responderle, cayó al suelo hipnotizado por aquel ruido infernal y el delirio le ganó a la razón…
Cerró los ojos con fuerza, giró sin sentido en el suelo y de su mente comenzaron a escapar como flashes imágenes escondidas en los más recónditos lugares de su sistema psíquico… era chiquito, muy chiquito, su manito se extendía buscando un helado que jamás alcanzaba, alguien se lo alejaba, se estiraba hasta el límite de lo probable hasta que por fin conseguía el objetivo de obtener el objeto deseado, una vez en su mano ya no era un helado, era un cuchillo filoso que amenazaba con cortarle alguna parte de su cuerpo, lo soltó y empezó a correr…
Corría atormentado hacía ningún lugar un perro con una cara muy familiar lo perseguía, quería atraparlo, matarlo, morderlo. No conseguía descifrar de quién era la cara de su perseguidor, el susto no lo dejaba pensar…
Aceleró su marcha y miró para atrás, ya no había nada, ya no había nadie. Se vio de golpe en la orilla de un lago, el reflejo de su rostro en el agua le devolvió una cara juvenil. Los granos de su cara reflejaban su adolescencia. Miró del otro lado del agua el auto que su padre había sabido tener, se dio cuenta que el lugar era aquel del accidente. Se tiró desesperado creyendo que quizás si evitaba que tome la curva a toda velocidad podía con ello evitar el destino fatal que le había deparado. Nadaba lo más rápido que podía. De golpe algo lo tomaba de los tobillos y le impedía avanzar. Lucho contra la fuerza invisible que lo retenía, apretó los dientes y prosiguió su marcha. Al llegar del otro lado se encontró de golpe en la sala velatoria…
Un lágrima gruesa apareció en su rostro, volvió a sentir el vacio de la pérdida. Salió a la calle, hizo dos pasos y miro para atrás, allí estaba ella, radiante, hermosa, cantando con una dulzura infinita “Let it be”, sus problemas se desvanecían en su voz. Todo había desaparecido, la tierra se había esfumado bajo sus píes y solo existían ella y su voz. Su voz de ángel cada vez se iba escuchando mas lejana, mas distante, ella como todo se iba esfumando hasta desaparecer y de nuevo solo, sin nada ni nadie en que apoyarse.
Comenzó a caer, caía sin remedio y sin consuelo. Sabía que en un momento se encontraría con el suelo y el golpe iba a doler quizás mas de lo que él fuera capaz de soportar. Esperó un impacto que nunca llegó, buscó un milagro que nunca encontró y allí se quedó, solo y flotando en la inmensidad, lindante al abismo, distante del infierno, esquivo al paraíso. Allí pasaría la eternidad vagando por la intrascendencia eterna a que lo había llevado su vida terrenal.
Su cuerpo fue, la tarde siguiente, encontrado por el dueño de la pensión que habitaba junto a una radio sin pilas. El informe del forense estableció que había sufrido una convulsión proseguida por un paro cardíaco. Nadie lloró su muerte, nadie siquiera se detuvo a pensar en que la vida de un pobre hombre había llegado a su fin en el frío piso de una húmeda pensión…

lunes, 7 de junio de 2010

Amores que matan, verdades que duelen

Otra vez tu voz en mi teléfono. Volvían las excusas, los gritos, los perdones… que te quiero no es noticia, pero que te extraño no es verdad, no tenía ganas de escucharte ni de explicarte nada, no tenía ganas de hablarte ni de contestarte.
Otra vez tu voz en el teléfono, siempre igual, todo igual, todo lo mismo. Nada nuevo salía de tus expresiones, nada nuevo salía de mi mente. El final era una realidad y las reconciliaciones solo generaban crisis más agudas. Ya de nada servía volver a intentar lo que ya habíamos intentado más de las veces recomendadas por el sentido común.
La conversación deambulaba por aseveraciones carentes de sentido. Ninguno tenía nada nuevo que decir ni nada nuevo que escuchar. Otra vez mi voz en tu teléfono, siempre igual, todo igual, todo lo mismo…
Pasaban los minutos y lentamente se iba acabando la paciencia de parte mía, de parte tuya, de parte nuestra. Que me querías no era noticia, que me extrañabas no era verdad. Un capricho mutuo alimentaba nuestra relación y aquel día los dos supimos que todo había llegado a su fin.
Esperé el final de tu oración. Respiré profundo, pensé bien lo que iba a decir y comencé a hablar con la tranquilidad que tienen aquellos que se saben seguros de lo que quieren y de lo que dicen, te llamé por el disminutivo de tu nombre intentando apaciguar lo que sería el final de mi frase y proseguí, “desde el día que te conocí fuiste una persona muy importante en mi vida,” dije calmado, “pero a esta altura del partido considero necesario que sepas que a pesar de esa importancia nunca fuiste la única persona que tuvo mi vida. Perdóname pero esa es la verdad,” dicho esto solo escuché un doloroso insulto que llegó a mi oído precediendo el tono que significaba indefectiblemente el fin de la conversación y el fin definitivo de nuestra relación…

lunes, 17 de mayo de 2010

Te extraño

Anoche volví a soñar con vos, estábamos juntos, como nunca deberíamos haber dejado de estar, la pasábamos bien como siempre que nos veíamos… Debe haber sido porque volví a verte hace poquito, estabas linda como siempre, importante, el centro de atención por antonomasia. Haberte visto me causó un vuelco en el corazón, quería tocarte, volver a tenerte. Sabía que estarías allí y que volverte a mirar me iba a hacer dar cuenta de lo mucho que te extraño, pero no pude evitar el doloroso placer de tenerte cerca sin poder estar con vos como yo quisiera.
Anoche volví a soñar con vos, te trataba bien, o al menos lo intentaba, buscaba la forma de hacer bien las cosas, aunque claro que no siempre me salía, me equivocaba, pero vos me perdonabas y volvías a mi, a veces calma y otras tanta como alterada, pero con un rato de cariño quedabas mansita a mis pies.
Anoche, como todas las noches fuiste protagonista de mis sueños, es que te extraño tanto desde aquella maldita tarde en que la lesión me alejo de vos y de las canchas, es que me cuesta tanto encontrar algo que me guste mas que estar con vos. Se que un día voy a volver a jugar al fútbol con la pasión de siempre, pero hoy, el mientras tanto, me cuesta cada momento un poco mas…

jueves, 6 de mayo de 2010

No ser y querer parecer

Ella se come un alfajor mientras conduce su vehículo. Lo termina, baja el vidrio y arroja el papel por la ventana, siquiera se da por aludida sobre que está ayudando a la contaminación ambiental. Llega a su casa, prende la computadora y sube al Facebook un video sobre las desastres naturales sufridas en alguna parte del mundo con algún mensaje que denota la profunda tristeza que siente por lo que le sucede a tan sufrida gente y se pregunta el origen de aquellas calamidades.
El está en su casa, molesto porque acaban de golpearle la puerta para pedirle una colaboración a voluntad o un alimento no perecedero para el hogar de niños del barrio. Está cansado que le pidan dinero, por mas que jamás se le cae una moneda para ayudar a nadie que lo necesita. Eso sí, esta suscrito a Greenpeace, paga todos los meses religiosamente con su tarjeta de crédito, eso lo hace sentir mucho mas humanitario, mas aún cuando le llega el merchandising oficial de la marca y sale orgulloso a mostrarla al mundo. Nunca se pone a pensar en como una empresa “sin fines de lucro” factura tanto dinero y no hace mas que aparecer en cámara en algún que otro lugar intrascendente, figura y hace que hace algo siendo que en verdad solo enriquece algún oscuro bolsillo.
Dos casos que nada tienen de aislados, dos momentos de cualquier vida en cualquier lugar, gente que no se da cuenta que a cambiar se empieza por uno mismo, que eligen demostrar algo que no son. Personas que desconocen, por ignorancia o elección que las buenas acciones son anónimas y no hay que hacerse el triste o el humanitario para que los demás lo vean, hay, por el contrario que darse cuenta que en las acciones cotidianas de cada uno esta la clave para hacer de este mundo un lugar mejor…

viernes, 30 de abril de 2010

Por ellos

Le miró la cara, pequeña, llena de deseos, de ilusiones e inocencia. Le señalaba con sus deditos el juguete que quería, lo habría visto en la tele, a él le costaba mucho decirle que no a sus esporádicos deseos, pero más le costaba decirle que sí, apenas si llegaba con las monedas a fin de mes.
Apuró la marcha y le habló de cualquier cosa para que su mente divagara por otros lados. La mente que no podía escapar a la realidad era la de él. Cada vez menos trabajo y cada vez menos dinero. Le costaba horrores que en la mesa cada día hubiera algo de comer.
Se desvivía por conseguir con que alimentar a sus hijos, vivía por y para ellos, eran cuatro niños pequeños que ninguna culpa tenían de la realidad económica que atravezaban. Las fuerzas las juntaba de la sonrisa de ellos, aunque cada vez todo se le hiciera más complicado.
Por esas cosas de la vida y de la muerte había quedado viudo luego de un largo padecimiento de su mujer, una endemoniada enfermedad la había atacado y se había llevado todo el encanto que ella tenía antes de llevársela definitivamente. Habían sido meses duros, horas que parecían días, días que parecían años, lágrimas que no alcanzaban para esconder su tristeza y siempre en el medio sus hijos.
Fue por ellos que se repuso, encaró la vida con la fuerza de una manada de caballos salvajes, salió a ganar el partido de la existencia sin dejarse humillar por el enorme vacío que le había quedado en el corazón. Sus cuatro niños le daban los ánimos para continuar, pero una punzada le atravezaba el pecho cada vez que tenía que negarles un pedido.
Su vida era pelearla, trabajar sin descanso en cuanta oportunidad se le presentara, empapar a sus hijos de amor para intentar que la pérdida de su madre fuera un poquito más llevadera y era en cada caricia, en cada abrazo y en cada beso que les daba y recibía que sentía que podía superar cualquier escollo que la vida le presentara, porque cada uno de ellos era un cuarto de su ser, porque cada uno de ellos era una porción de su motor, porque cada uno de ellos era lo mas importante que tenía su golpeado existir.
La verdad es que este hombre vivía y de ser necesario habría muerto por ellos. Lo cierto es que eran lo único que lo podía hacer sonreír, lo único que le sacaba un poco la amargura. Lo cierto es que él, a veces, esperaba que todos se durmieran y luego de darles un beso a cada uno se encerraba en su pieza para llorar en silencio…

miércoles, 21 de abril de 2010

Sentimiento profundo

Verte fue mágico, volverte a ver maravilloso. Conocerte fue estupendo, reconocerte extraordinario. Besarte increíble, volverte a besar imprescindible. Sentirte fue seductor, volverte a sentir fascinante.
Hoy, que te veo, te reconozco, te beso y te siento, pienso que en el misterio del día a día se esconde la atracción eterna de nuestro amor. Hoy se que mañana podré verte como ayer, como hoy y que vos me seguirás mirando de la misma manera, que de tus ojos emanará el mismo brillo que ayer me sedujo y que hoy me enamora.
Hoy, que siento que tenerte es lo mas maravilloso con que se encontró mi vida creo que el amor puede ser sincero y profundo. Me asombran mis reflexiones, nunca creí en estos sentimientos que hoy brotan con una fuerza desgarradora del centro de mi pecho.
A veces pienso que estoy alucinando, a veces creo que estoy imaginando, pero mis ojos vuelven a buscarte y siempre vuelven a encontrarte y es ahí, en ese encuentro, en el que me doy cuenta que estoy enamorado como nunca estuve y como nunca volveré a estar...

martes, 13 de abril de 2010

Hace tiempo

Hace tiempo ya las palabras han escapado de mi mente, complica mi existencia tratar de hilvanar oraciones, engranar la inmensa estructura del lenguaje tratando de hacer un verso bonito. Hace tiempo no encuentro un buen motivo para dibujar en esta hoja triste una frase alegre. Hace tiempo no soy lo que fui, ni lo que era, y espero no ser en este momento lo que seré. Hace tiempo me escondo del mundo para que no me vea llorar, me escapo en silencio de una condena que parece eterna y no me regala un instante de paz.
Hace tiempo que no veo certezas en mi porvenir, que camino lindando el abismo, que solo veo vacio a mis espaldas. Hace tiempo no encuentro una mano de donde agarrarme. No escucho un susurro ni una palabra de aliento. Hace tiempo espero que alguien me quiera y no encuentro siquiera la estima piadosa de algún ser benévolo, no veo en la calma de mi vida ni siquiera el sobresalto de un estúpido mensaje de texto.
Hace tiempo no me siento importante para nadie, hace tiempo que creo no servir para nada. Soy un as de luz en una habitación iluminada, da lo mismo si estoy o no. Nadie se percata del todo de mi presencia, nadie repara en mi esfuerzo constante por adquirir un segundo de atención, nadie detiene su marcha para darse cuenta de mi desesperado reclamo de cariño. Hace tiempo no consigo hallar mi rumbo, hace tiempo que perdí el sentido y hoy mas que nunca y como siempre, temo no volver a encontrarlo jamás…

miércoles, 17 de marzo de 2010

Partir de la llegada

“Vos podes lograr todo lo que te propongas”… el enunciado cayó sobre él con la fuerza de una profecía, algo que empezó como una simple oración de aliento lo estigmatizó y marcó para siempre, desde ese día no pudo mas que luchar tenazmente hasta alcanzar cada objetivo fijado.
Vivía siempre con una meta en el horizonte, no miraba para los costados, fijaba la vista en la bandera a cuadros del final y hacia ella se dirigía sin titubeos, dudas, ni temores, siempre consciente y confiado que la alcanzaría en el tiempo previsto.
Descubrió fascinado las maravillas a las que se puede alcanzar cuando se lucha con pasión por cumplir un sueño. Se dio cuenta que la única forma de disfrutar un camino es saber en donde desemboca, que si bien es bueno sorprenderse e incursionar por lo imprevisto siempre hay que tener un objetivo claro y definido que ayude a delimitar el terreno de juego.
Se planteaba y proponía un propósito, buscaba las formas de dominarlo y era obsecuente en la totalidad de su ser a tal fin.
Fue así su vida durante algún tiempo, hasta que la línea final no pudo volver a ser el punto de partida de un nuevo deseo…
El éxito terminó por marearlo, creyó mas en su capacidad que en su tenacidad, confío demasiado en si mismo y comenzó a descender a velocidades supersónicas. Intentó recuperarse, “vos podes conseguir todo lo que te propongas” recordó la profecía, pero no encontró el rumbo ni la forma de cumplirla, se quedó sin horizontes, sin metas.
Descubrió que sin metas no hay rumbo, que sin llegada no hay camino, que sin sueños no hay pasión y que sin pasión no hay nada. Descubrió que la vida sin problemas es matar el tiempo a lo bobo. Se perdió totalmente y no le quedó más remedio que resignarse a vivir la vida vacía de los que no tienen sueños...

lunes, 8 de marzo de 2010

Sueños bohemios

Apaga la tele, nada en ella le llama la atención, sale a la calle, suspira, mira el cielo y piensa… ella esta enojada con la vida y con el mundo, no entiende que nadie se de cuenta que todo esta a punto de estallar, que así las cosas no están funcionando. El sistema la supera por todos los costados pero esta dispuesta a darle pelea, no se dejó aburguesar con los años y es consciente que su forma de pensar le esta generando mas conflictos que soluciones.
Sueña con vivir tranquila en un mundo feliz, odia necesitar plata. Odia las necesidades banales y las obligaciones superfluas. No le gusta que el maquillaje corrija la realidad, menos le gusta que la gente se deje llevar por esas correcciones que ve y no pueda prestar atención más allá de una efímera apariencia.
Yo la miro, la admiro y sonrio. Me cuesta creer que alguien tenga una mente tan lúcida, que no se deje cohibir por un mundo en el que cada engranaje conspira contra la ideología. Que crea y confíe en que si todos aportan un poquito algo de todo esto se puede cambiar.
Yo la miro, me siento un traidor, me doy cuenta que el tiempo no le hizo bien a mi cabeza, que el mundo me esta cambiando mucho mas que yo a él. Soy consciente que mi forma de pensar me va a traer muchas mas deudas que satisfacciones.
Ella habla, relata, la pasión se le ve en los ojos. Cita gente, se obnubila con sus sueños y el anhelo de cumplirlos le da a su voz una tonalidad especial. Su mirada brilla y el brillo contagia e ilumina su rostro, su retórica convence y me da que pensar que como ella, habrá mas voces esperando a ser escuchadas. La miro, la escucho y me doy cuenta lo que es la pasión, le envidio el amor a los ideales y no tengo un deseo más grande que el verla cumplir sus sueños. Porque la persona que lucha con tenacidad y pasión por algo noble sin duda merece obtenerlo…

lunes, 22 de febrero de 2010

San Martín Posmoderno I

Luego de la cansadora batalla que libró con los 125 hombres a su mando, el General José de San Martín, a quién ya nadie llamaba así (preferían pepe, o simplemente San Tincho), buscó desesperadamente un lugar con sombra donde descansar y tomarse un porroncito. Al pasar frente a algunos granaderos estos los saludaron “que pelea pepe, nos los comimos rápido eh! Pasó todo como lo charlamos en el vestuario.” San Martín los miró y sonrió, pero no se detuvo a charlar con ellos.
Caminaba el coronel bajo el sol abrazador de febrero hasta llegar a un gran pino, “espero que acá haya Wi Fi así le mando el mail al hincha bolas del Rey,” se sentó despacio al tiempo que con el llavero destapó la cerveza, sacó un faso del bolsillo y se dispuso a fumarlo. Disfrutaba cada seca junto con cada trago al tiempo que recordaba la batalla. Buscó su BlackBerry y comenzó a redactar: “Su majesta´ me acabo de garchar de parado un ejercito completo de gallegos, que según mi recuerdo llegaron de a montones en sus grandes caballos alados” los recuerdos del General no eran lo que puede llamarse 100% fidedignos.
San Martín pensó en Cabral y se entristeció “Maldito, como no me llevaste a mi!!!” Gritó llorando y mirando el cielo. “Encima se me terminó el porrón, ¡Por que no morí en esa batalla!” dijo furioso, odiaba quedarse sin bebida. Por suerte estaba allí el segundo fasito, que lo calmó de inmediato y lo hizo olvidar sus problemas.
Terminó el parte y se conecto al face, de inmediato creó un grupo “Yo también me empaché de españoles giles” se regocijaba y reía recordando las caras de los soldados enemigos cada vez que hincaba su espada en un pecho ajeno. Sus carcajadas se incrementaban al tiempo que imitaba las muecas de los moribundos, “voy a subir algunas de las fotos que saqué” pensó.
Entre la batalla y la mar en coche no había tenindo tiempo de comer nada, eso sumado a los fasos dio como resultado que el coronel pensara “uh, como me pica el bagre” cambio su estado en el MSN a ausente y en el Nick aclaró (comiendo) y se cruzó al kiosco de al lado del boliche a comprarse un sanguchazo, “lástima que me queda lejos primavera” dijo en una sonrisa…

martes, 9 de febrero de 2010

La pequeña novia del carioca

La música comenzó a inundar su cabeza, el lento y poético sonido de “La pequeña novia del carioca” fue ganándole todos los rincones de la mente. Estaba caminando, solo, la siesta de una tarde plena de enero lo había encontrado bajo el sol abrazador. “…después de vos, crucé los dedos, la barca pasó y el río quedó, al fin, quieto…” cantó la voz del indio Solari, el continuo su marcha, como si nada, tarareaba el tema que tanto le gustaba y su imaginación comenzó a jugar con su conciencia.
Avanzaba por el calor y sus recuerdos lo llevaron al pasado, a unos días y a unos meses atrás, recordó lágrimas, sonrisas y charlas. Recordó gritos, dolor y felicidad, recordó todo lo que nunca olvidaría, revivió conversaciones enteras al tiempo que la música no se callaba, al tiempo que la música hablaba por el “…solo un cuento fue, que ayudó a pasar, un buen rato…”
Su marcha continuaba, lenta pero segura, vio ante sus ojos el último encuentro “…muy poco amable fui, nada nuevo vi en tus ojos…” sus recuerdos del pasado se mezclaban con la canción presente, se había generado una especie de simbiosis, un estado de asociación psíquica en el que cada palabra escuchada desataba un nuevo recuerdo. O quizás a la inversa, quien pudiera saberlo.
La temperatura no aflojaba, las primeras gotas de sudor aparecían en su frente y eran su única compañía, caminaba sin pensar en todo lo que estaba pensando, caminaba, escuchaba y recordaba “…en el aire entre los dos, solo una copa rota, mala suerte mi palma dio destino oscuro…” una lágrima tímida apareció en uno de sus ojos “…dulce licor de romero fue, la mala idea, loca te vas a enterar por esta canción…”
La tristeza había ganado su cuerpo, la canción estaba llegando a lo más profundo de su inconsciente, le tocaba los recuerdos y los traía ante sus ojos, cruzó la calle sin mirar, pero claro que a esa hora nadie andaba por allí “…no sueño más con vos…” apuró el paso, como si eso hiciera que las imágenes se disiparan mas rápido, lentamente fue llegando el final, lentamente se dio cuenta que ya todo había terminado, “…apostamos mal, serás mas feliz, vagabundeando…”

martes, 19 de enero de 2010

Veneno paciente

Mordiendo el polvo, perdido por perdido, en ruinas, caído, tirado, humillado por si mismo, enemigo de si mismo. Quería quererse y no se encontraba nada bueno, quería que lo quieran pero no tenía nada bueno.
Cuando estaba aprendiendo a caminar le habían cortado las piernas y así una vez, y así siempre, empezar y terminar antes de culminar la concepción y así una vez, y así siempre.
Sentirse una basura, dejarse llevar por ínfulas imaginarias y así una vez y así siempre, acorazarse en mentiras amables, pasar el mal trago, aguantar el tirón.
Esperar que pase, ver como pasa, no aprender nada y preparar la foza para la próxima caída, más cruda, más real, mas profunda y así una vez, y así siempre.
Sentirse mucho, ser nada, ser nadie, no ser, existir a penas. Ser la sombra de una luz alta y tenue en un lugar bien iluminado, ser chiquito y casi inexistente. Y así una vez, y así siempre.
Encerrarse en pensamientos inútiles, cambiar algo para que nada cambie, volver a empezar para volver a fracasar y así una vez, y así siempre.
Queriendo, buscando, encontrando, perdiendo, sufriendo, peleando, escuchando, hablando, sintiendo, tratando, haciendo, perdiendo, perdiendo, perdiendo. Y así una vez, y así siempre, hasta el confín del tiempo, hasta el jamás de los jamases, hasta el último punto del infinito, así una vez, así siempre….

domingo, 17 de enero de 2010

Vendiendo ilusiones

El era un fabricante de mentiras. Engañaba a los demás, se engañaba a si mismo, creaba realidades ficticias, participaba y vivía en ellas. Terminaba por creerse sus propios personajes y eso hacía que nadie dudara de la veracidad de los mismos, era hábil para hacer creer a los demás, ni más ni menos que lo que los demás querían creer. El truco era simple, descubrir en la charla lo que el otro quiere escuchar y decirlo en el momento justo.
El era un fabricante de mentiras, se engañaba engañando, se mentía mintiendo, arrastraba a la gente con sus patrañas, creaba mundos mágicos y perfectos, pero a veces, muy pocas veces, como dice la canción, se le escapa un poquito el diablo. Es ahí cuando deja entrever su crueldad, su mala calaña, es ahí cuando queda al desnudo su soberbia infinita. Son esos los momentos en que se desmorona el personaje y ahí esta él, débil, chiquito, acorazado en respuestas crueles y rápidas que pasan como un relámpago por los oídos lindantes y dejan el amargo sabor de pensar que se esta lidiando con un ser sin buenos sentimientos.
El era un fabricante de mentiras, un vendedor de ilusiones, él era él, y no había mucho por fuera de si mismo. Engañaba mintiendo y mentía engañando. Su personalidad y ambición de protagonismo lo alejaban del mundo, su envoltura de carisma simpático y su facilidad de inventar realidades con palabras lo acercaban. Demás esta decir que un día el cuento se acabó, la realidad supero a la fantasía, las ilusiones dejaron de ser compradas y la fábrica de mentiras termino por derrumbarse, demás esta decir que un día termino solo y aislado, gritando. Demás esta decirte, fabricante de mentiras, que ya nadie va a oír tu llamado, terminaras consumiéndote en tus propias irrealidades, acechado por tus propias mentiras, torturado por tu soberbia infinita…

viernes, 8 de enero de 2010

Debut

Hacia 30 minutos estaba calentando, corría por el lateral de un extremo al otro, de frente, de costado, trote, alargue, pique corto… Estaba nervioso y ansioso, era la primera vez que lo habían llevado al banco de suplentes, siempre había soñado con jugar en primera y hoy podría dársele la oportunidad. Miró las tribunas la multitud saltaba y cantaba, se exaltaba con cada jugada, vibraba con cada corrida y se decepcionaba con cada yerro.
El partido entraba en el último cuarto de hora y nada parecía mover el 0 en los arcos, el técnico local caminaba nervioso al tiempo que prendía un nuevo cigarrillo, miró los suplentes, le grito al profe y le hizo una seña, clarita, en una mano un 2 y en la otra un 3, quería al 23 y el 23 era él, quien desde hacía 19 años soñaba con ese momento.
Se acercó y lo escuchó atento, “vas a entrar por el pulga, dale tranquilo, yo se que vos sabes, movete adelante y cuando veas el hueco pegale, dale que ellos están cansados, dale pendejo, metete y rompela que este público precisa un ídolo” cortito y claro, se le erizó la piel al escucharlo, se emocionó cuando el cuarto arbitro levantó el cartel con su número.
Entró corriendo, se ubico detrás de los delanteros, como siempre lo había hecho, aunque a veces también lo ponían de volante por izquierda, corrió desesperado por la pelota, se tiró al piso “tranquilo pibe, tranquilo” le grito el profe desde el costado de la cancha, intentó calmarse, recibió el balón, lo devolvió a un toque como mas le gustaba, busco la devolución pero nunca llegó, el ataque se diluyo por el otro costado y la gente empezó a murmurar.
“Esta tarde cueste lo que cueste, esta tarde tenemos que ganar” “Nosotros alentamos, pongan huevos que ganamos” “hoy hay que ganar, hoy hay que ganar” los hits dejaban en claro el pedido del público, pero el partido se iba y nada pasaba, él corría de un lado a otro, pero no sabia que hacer cuando tenía la pelota.
El pulpo recupero en el medio campo, pase rápido a tete que pasó como un rayo por el costado, recibió y metió el bochazo para el, la pelota se le iba, se le escapaba, había tomado mucha velocidad, corrió hacia ella y lo miró al tanque tirando la diagonal, salto, llegó a puntearla y se dirigió del centro hacia afuera, piso el pasto, trastabillo y consiguió con el último esfuerzo meterla en cortada al corazón del área, el resto lo vio desde el piso, la pelota atravesó la defensa y quedo un metro superando la medialuna, el tanque llegaba hacia ella, le quedó para su derecha, la que no perdonaba, la que no fallaba, dio el último paso, afirmo su zurda y le dio el zapatazo victorioso, la pelota, como una bala, como un misil inflo la red y desató la algarabía. El tanque sin dudarlo fue corriendo y se le tiro encima “es todo tuyo hijo de mil putas” le dijo, el resto no se los cuento, el resto fue maravilla, fiesta, carnaval, el sueño se había cumplido, la pila de compañeros encima suyo, el grito del banco de suplentes y el festejo del público, nada podía salir mal a partir de ahora, sería el próximo héroe del pueblo canaya…

miércoles, 6 de enero de 2010

Cuando ya todo es en vano

“Solo le pido a la vida que no me duela morir” había implorado unos años atrás, le temía al sufrimiento, a la agonía, le temía al dolor y también le temía a la muerte, amaba la vida, la disfrutaba a cada instante y por ese amor que le tenía sintió el derecho de pedirle ese único favor.
Recordó el momento en el que había implorado aquella oración, sintió bronca por el irónico destino que le deparó su amada, un odio profundo recorrió sus venas e incremento el dolor punzante que le atacaba cada resquicio de su cuerpo, se había ido debilitando lenta e irremediablemente. Postrado en una cama se encontraba, sin esperanza y lleno de padeceres.
Respirar le dolía, pensar le dolía, nada por fuera del dolor podía sentir, solo la visita de sus hijos lo aliviaba, el segundo en que podía mirarlos a los ojos, jurarles amor eterno, decirles que eran las personas mas importantes y que por ellos lucharía hasta el final. Ellos lo miraban con una profunda tristeza, pero sin perder la esperanza, es que tan pequeños eran…
Y el se quedaba solo tras las fugaces visitas, pensando que los abandonaría, que jamás podría volver a besar sus frentes, mirar sus ojos, sonreír con ellos. Sus vidas no serían las mismas tras su muerte y esto le generaba un dolor en el alma superior a cualquier martirio físico que podía padecer.
“Solo le pido a la vida que no me duela morir” pensó en el último suspiro que le permitió su agonía, volvían los ahogos, no podía respirar, el aire iba faltándole cada vez mas, el rostro de cada uno de sus hijos apareció en su mente, una lagrima rodo por sus mejillas, intento levantarse, pero ya todo era en vano, estiro la mano intentando acariciar las imágenes de su mente, pero ya todo era en vano, quiso abrazarlos, correr con ellos, jugar con ellos, vivir con ellos, pero ya todo era en vano, la vida desapareció de su cuerpo y no dejo de sufrir ni el instante antes a morir…