lunes, 2 de enero de 2012

Sonetos de un romanticismo exacerbado

Que las palabras no alcancen para explicar un sentimiento y que sin embargo baste una mirada para entenderlo, significa sin duda que lo que pasa es demasiado grande y profundo. Que tu sonrisa baste para que yo sea feliz significa sin duda que estoy enamorado. Que no haya forma de expresar lo que le pasa a todo mi ser con el simple hecho de saber que voy a verte, que mi mente no encuentre otro pasatiempo que recordarte a cada instante, que la palabra amor haya dejado de ser roma visto en un espejo para convertirse en un sentimiento que abarca todo lo que concierne a mi vida significa, sin lugar a discusión alguna que ya no soy el que era.
Todo lo que alguna vez pensé y creí se esfumo por completo desde aquel día en que mis ojos chocaron con los tuyos, todas mis teorías se vieron una a una desvanecidas por un torbellino de sentimientos tan grandes como magníficos. Mi felicidad fue en progreso desde ese día y cada vez es mayor, la idea de sentir algo que no tiene fin ni horizonte le brinda a mis días una energía superior a la que jamás había tenido, es que verte, tocarte, abrazarte y sentirte hacen que el mundo pase a un segundo plano, las preocupaciones, los temores y las dudas quedan muy lejos cuando descanso en tu cuerpo. Mi vida cobra otro sentido, se potencia y me quedo sin manera de expresar todo lo que me pasa.
Así estoy, disfrutando de mi nuevo estado mental, quizá demasiado empalagoso, pero es que tratando de describir algo que es tanto uno debe usar todas las palabras que conoce para recién allí descubrir que ni así alcanza…

1 comentario:

Matias dijo...

=D... bienvenido al Club hermano, hemos vuelto a ser mayoría.