jueves, 9 de junio de 2011

Recuerdos ingratos

Trago una gran bocanada de humo de su cigarrillo, lo fumo lento, lo mezclo con su angustia. Se sirvió otro trago de whisky e intento alejar aquel triste recuerdo de su cabeza. No pudo, nunca podía, las imágenes llegaban a él una y otra vez, se le repetían y lo asfixiaban con su dolor.
Veía la cara de ella, radiante, mágica, hermosa, le sonreía y le hablaba. El la escuchaba, adoraba su voz, habían aprovechado el fin de semana largo para hacerse una escapada a Córdoba, les gustaba viajar juntos, disfrutaban de su mutua compañía quizá más que cualquier otra pareja, se tenían un amor sano y profundo que los llenaba de energía. Sus ojos lo hacían sentir feliz. Su recuerdo vagaba por el comienzo del viaje y hacía un esfuerzo sobrehumano por sacarse la imagen de su mente. No podía, no quería, no sabía cómo hacer para olvidar…
La miraba y charlaban, la ruta estaba calma y el clima era ideal, la música acompañaba la conversación… Su recuerdo era tan real que hasta escuchaba su voz, casi como un sueño, casi como una pesadilla lo revivía todo una y otra vez. Estaba enloqueciendo de tristeza…
Estaba distraído con su sonrisa cuando se dio cuenta que el auto había mordido con una rueda la banquina, quiso retomar el camino con un brusco volantazo que lo cruzó de carril… fumo otra larga pitada, se le hacía insoportable seguir recordando pero le resultaba imposible dejar de hacerlo…
Ella gritó del susto, una camioneta venia a estrellarse de frente a su automóvil, intento esquivarla, clavo el freno, pero nada sirvió demasiado, la colisión era inevitable… una lágrima ganó su cara, al llegar a este momento comenzaba su desesperación, tomo un gran trago de whisky y se encendió otro cigarrillo, quería desconcentrarse para frenar el torbellino de imágenes que se sucedían…
El auto dio un vuelco, el impacto había sido muy fuerte pero había dado contra el costado del auto opuesto a él, el cinturón lo mantuvo fuertemente sujetado y cuando por fin se detuvo el vehículo abrió los ojos para ver a ella, era esa la imagen que jamás podría quitar de su mente, era esa la imagen que le destrozaba el corazón en sus recuerdos, su novia, su amor yacía sin vida a su lado por un accidente que él había provocado… recordaba la expresión de terror de su cara y sentía un frío helado que le recorría el cuerpo.
Intentó vanamente disipar sus recuerdos, pero no pudo, no quiso, se levantó a buscar más whisky, lloraba sin consuelo por el dolor de sus recuerdos, vio por la ventana del departamento la infinidad de la noche, estaba desesperado de dolor, ya no lo aguantaba, corrió y salto, en los segundos que duró la caída que lo separó de la muerte solo atinó a gritar: “perdón mi amor, ahí voy con vos”…

1 comentario:

queri dijo...

que dulces relatos! jaja me gustan igual!