martes, 15 de noviembre de 2011

Filosofía barata y zapatos de goma

"El ómnibus se ha ido el amor se ha vencido quise quedarme pero me fui"




Me miré al espejo como quien mira a un desconocido, no me encontraba en ese rostro frío que acababa de cortar el teléfono. Mojé mi cara buscando en el agua un sedante al dolor, intenté pensar que si sucede conviene y que las cosas habían pasado por algo. No pude, no quise o no supe convencerme de ese ataque forzado de optimismo. Estaba triste, muy triste, los ecos de tu adiós resonaban en mi mente y empujaban mi alma al vacío. Tu mirada, antes tan mía me parecía cada vez más lejana, cada vez más ajena…
Sentía que el corazón buscaba escaparse de mi pecho, me parecía estar a punto de estallar del dolor. Mi pena era tan grande como el silencio de mi hogar y mi soledad tan profunda como la obscuridad que me acompañaba esa noche. Los recuerdos invadían mi alma y llegaban a lo más profundo de mí ser, me sentía ahogado por mi propia tristeza, buscando en mi mente los motivos de un fracaso tan grande y tan doloroso que no me sentía capaz de resistir.
Me hundí en la cama, el humo del último cigarrillo que había apagado aun emanaba un intenso olor, de mis ojos comenzaron a escaparse algunas lágrimas cargadas de impotencia, llenas de un odio que había sido amor, repletas de decepción que había sido esperanza.
Mi vida era a tu lado, no encontraba nada por fuera de vos y no sabía que había detrás del umbral de tu adiós. Una flecha helada se había clavado en el centro de mi pecho y me impedía hasta respirar, era un preso de la nostalgia, un esclavo de los recuerdos, condenado a vivir mirando para atrás, porque adelante no había nada, porque vos eras todo.
Traté entrecortadamente de llenar mis pulmones, de retomar energías. Todo me parecía más sombrío, más obscuro, más frío, más triste, más ajeno, más extraño. Ya no era yo, una parte de mi había muerto con lo que acababa de terminar. Apreté los dientes, me abracé a la soledad y así me quedé, quieto, llorando, tratando de encontrar la manera de ser feliz sabiendo que no volvería a ver de frente a tus ojos…

No hay comentarios: