martes, 29 de noviembre de 2011

Revolución en los corazones

El sonido del descontrol lo abarcaba todo, mi mente, inhibida por los estragos de un fin de semana que había rozado a la locura no respondía muy bien ya a esas horas. La barra atestada de gente en condiciones para nada ejemplares eran el fiel reflejo del lugar. Había ido a buscar algo de tomar, más por costumbre que por sed y ella había tenido el glorioso gesto de acompañarme. Tras adquirir la bebida gire en su dirección y mis ojos chocaron con los suyos en un encuentro que nada tuvo de mundano, su mirada era un oasis de paz en medio del delirio, fue un instante eterno el que duró ese encuentro, una energía extraña recorrió mi cuerpo y se terminó el mundo cuando por fin bese sus labios.
Nada de lo que había alrededor tuvo ya importancia, todo parecía lejano, todo era distante, había ingresado en una dimensión paralela en la que éramos los únicos actores. Sentí la necesidad de abrazarla y ya no soltarla, porque supe que era en ella donde quería estar, creí y descubrí o creí descubrir que era mi lugar en el mundo.
El encuentro fue un comienzo, toda la estructura mental sobre la que había erigido mi vida se derrumbó por completo, me habían pateado el tablero y yo quedé absorto y totalmente embelesado con la nueva realidad que se abría a mi paso…
Mirarla me resulta increíble, incluso tengo la sospecha de que hasta Dios se inspira con su sonrisa y se deleita con su mirada. Describirla sería anclar autoritariamente con palabras frías algo tan profundo y perfecto que asusta cuando se piensa, pero que a la vez cautiva, fascina y maravilla cuando uno se deja llevar.
Y en eso estoy, queriéndola con exageración, alucinado con ella, enamorado de cada rasgo de su personalidad y embobado con mis nuevos cánones mentales, disfrutando de una nueva realidad en la que ella se lleva todo el protagonismo, pensándola a cada instante, recordándola a cada minuto, porque por más que la vida esté llena de cosas fantásticas ella es sin lugar a dudas la compañía más perfecta que mi ser puede tener y su rostro es, por escándalo, el paisaje más majestuoso y admirable que mis ojos pueden ver y disfrutar…

1 comentario:

Anónimo dijo...

♥ en cantidades