Silencio

Te escuché en silencio, tratando de comprender lo que intentabas explicarme... No pude, me resulto imposible, creo que ni siquiera vos sabías que era lo que te pasaba, solo hablabas y hablabas mientras yo, callaba. Te escuché en silencio, con bronca, con pena, con impotencia, lleno de sentimientos que me embargaban el alma y me impedían hablar, los ecos de tu voz llenaban el cuarto y los resabios de mi silencio me invadían el corazón. Las lágrimas se agrupaban en la puerta de mis ojos y si no lloraba era solo porque me la estaba aguantando, quería que te fueras, de una vez y para siempre. No era de vos de quien me había enamorado, no eras vos la chica que me hacia feliz poco tiempo atrás, no eras la que me había conquistado, la persona que había querido ver cada mañana de mi vida, a quién quería hacer feliz, ya no eras vos, eras una sombra, un reflejo, una fotocopia, una foto sin brillo, no eras nada, no eras nadie. No tengo real conciencia de cuanto duro tú monólogo, solo se que fue exactamente el mismo tiempo que duro mi silencio. Minutos que parecieron horas, instantes eternos en los que mi voz no le respondió a mi mente.