martes, 28 de octubre de 2008

Historia al paso II

En un día de esos típicos de otoño, esos en el que la soledad se mezcla con la llovizna y hacen un combo explosivo para una persona depresiva, él se encontraba encerrado en un rincón de su cuarto, tratando de hallar la forma de salir del pozo en el que lo sumía su propio inconsciente, no conseguía hallarla, su tristeza era una hueco en su alma, una mancha en su corazón, una piedra que le hacia peso hacia abajo y le impedía subir, no tenia fuerzas para luchar, no tenia fuerzas para escalar, no tenia fuerzas para salir, no tenia, en definitiva, fuerzas para seguir adelante, se conocía, sabia que siempre terminaban esos momentos, pero así y todo no los toleraba, sentía que esos días no controlaba su vida, fuerzas invisibles manejaban sus sentimientos y con ellos sus ganas de todo, solo lograba llegar de a ratos a la superficie, pero estos ratos alcanzaban únicamente para tomar aire y volver a hundirse…

2 comentarios:

jeRe dijo...

Lindo, me tuvo... Me gustó el cierre. Igual, demasiado corto me pareció. Igual sirve... todo suma =P

Seguí escribiendo amigo.

Un abrazo.


P.D.: Nos debemos una charla, acordate.

tata dijo...

Cheeee para cuando una historia donde alguno es feliz o aunque sea se rie, jajja no todo bien.
Buena anlogia la de la tristeza con su respectivo hundimiento, creo que es asi cuando esta nos invade nos provoca eso un profundo hundimiento donde solo una buena alegria nos sirve como salvavidas.
No se si entiende lo que quise decir.
Nos vemos juampa abrazo.