lunes, 16 de febrero de 2009

Jesús

Jesús se pasa el día vagando, deambula de aquí para allá sin rumbo fijo ni dirección, visita casas, negocios, plazas, tiene un único objetivo: juntar alguna moneda para tratar de conformar a su padre. Jesús es menos que chico, apenas cinco años lo separan hoy de su nacimiento, hoy, no es ni por asomo un día especial para él, ni sabe que es su cumpleaños, solo sabe una cosa, que debe juntar plata mendigando, muchas son las personas que lo ven, no tantas la que lo observan, pocas las que le dan algún centavo y nunca nadie le regala una sonrisa. Jesús no fue a jardín ni a pre-escolar, probablemente tampoco vaya a la escuela cuando tenga edad de hacerlo. Nadie nunca le dijo a Jesús que lo quería, porque en realidad nadie lo quiere, unos días si y otros también Jesús regresa a su casa y es recibido con una golpiza propinada por su padre, sin motivo, sin necesidad, sin pena ni dolor, su padre lo golpea y lo manda a dormir, Jesús no se queja ni llora, recibe los golpes y se va a acostar, este ritual se convirtió en una rutina a la que él no pudo escaparle, su vida gira entre los golpes de la calle y los de los brazos de su padre, su vida probablemente no sea muy larga, igual eso no le preocupa, ni a él ni a nadie, porque su vida, en realidad, ni para él, ni para nadie, vale demasiado…

2 comentarios:

jeRe dijo...

Pucha, que triste =S

Anónimo dijo...

Qué triste... Pero lo es más a sabiendas que existen muchos niños como Jesús en las calles.

Saludos :)