Matices sin clase

Un ritual, una rutina, una forma de ser, pensar, mirar y amar, una persona que no tiene de única lo que tiene de común, uno entre tantos, alguien mas en la inmensa masa de gente que cada día se levanta, camina y anda, un punto en la inmensidad, nadie en la historia, eso es lo que era esta persona, eso sigue siendo, alguien que solo sobresale de vez en vez, que se mantiene anónimo la inmensa mayoría de los días, que intenta tibiamente superarse y rara vez lo consigue, que por el miedo a fracasar no arriesga y por el miedo a perder no gana, intenta ir para adelante, pero tan cautelosamente que no consigue sino mantenerse donde esta, aunque a veces el viento sopla fuerte y el retrocede varios casilleros con cara de resignación y sin convicción de que va a poder volver a adelantarse, igualmente no se amarga demasiado, se conforma con no tocar fondo, este conformismo mediocre mantiene su vida en una gris y triste felicidad, no conoce el blanco ni el negro, se mantiene como puede en los matices y sabe que como el hay muchos, como el hay miles, que temen un revés de la vida y por eso nunca se la juegan por nada, que quieren escaparle a la frustración y en el lecho de su muerte no pueden contar ni un solo éxito…