martes, 5 de mayo de 2009

Héroes anónimos

Nunca había tenido una en su mano, sin embargo la agarró con confianza, estaba seguro de lo que quería hacer, siempre había admirado a la gente que luchaba por sus ideales y la vida le estaba dando la oportunidad de hacerlo, de perseguir un objetivo que consideraba justo, de morir luchando por todo aquello sin lo cual no vale la pena vivir. Sabia que la ciudad estaba sitiada, la guerra civil ya llevaba varios días y el no podía quedarse en su casa esperando el desenlace, tenia que ser al menos un personaje de reparto.
El país se estaba jugando sus últimas fichas por la independencia y necesitaba de la ayuda de todos, aun recordaba la pelea con sus dos mejores amigos, ellos preferían la seguridad, conservarse ellos mas allá del sistema en el cual les tocara quedarse, el no, el creía lo contrario, prefería que el mundo fuera mejor aunque no estuviera para disfrutarlo, “allá afuera hay una guerra cagones” les había dicho antes de dar el portazo y marcharse a cumplir con su destino.
Escuchaba las instrucciones de un improvisado general, había mucha gente que se había unido a las filas voluntariamente, pocos sabían con exactitud que era lo que tenían que hacer, una explosión interrumpió la arenga, de todos lados comenzó a aparecer gente, los disparos se multiplicaron en un segundo, el empuño su arma, se tiro al piso y gatillo, una, dos, tres veces, por fin su bala alcanzo su objetivo, había matado a una persona, nunca se hubiera creído capaz de hacerlo, pero la guerra era la guerra, se envalentonó, volvió a disparar, poco a poco comenzaban a reducir al enemigo, estaban ganando su primer batalla, el polvo y el humo lo cubrían todo, los llantos y lamentos se hacían cada vez mas notorios a sus oídos, miro a su alrededor, varios de sus compañeros estaban tirados, muertos o heridos, intento ayudar al que tenía mas cerca pero una segunda explosión lo volvió a la realidad, no había tiempo para ayudar a nadie, era matar o morir, agarró el arma de la persona que había querido ayudar y disparo con ella, no sabia siquiera a donde apuntar, no veía nada, no reconocía a propios de extraños, todo se le volvió muy confuso, extraño su casa, pensó en su familia, un lágrima rodo por sus mejillas al tiempo que volvía a disparar, por primera vez desde que se había ido tenía miedo de morir, pensó en todos los proyectos que le quedaban por cumplir, lloraba y disparaba sin ton ni son, “tengo que sobrevivir” pensaba, “matar, matar, esa es la única forma”.
De repente un disparo certero le atravesó la cabeza y terminó con su vida y sus pensamientos, fue un segundo, murió sin darse cuenta, su cuerpo se desplomo y allí quedo, tirado, besando el polvo, con un hilo de sangre que se entremezclo con la humedad de su rostro, nadie nunca lo noto, pero en su cara, tras la caída, se había dibujado una tímida sonrisa, la sonrisa de los valientes que por amor a su patria se convirtieron en héroes anónimos.

4 comentarios:

jeRe dijo...

Uaaaa! Muy bueno guacho, este me gustó...

Cuando lo leía me puse a pensar en como una boludez como la guerra y esas cosas, te hacen hacer cosas que en cualquier otra situación te arrepentirías o no te animarías. Como si matar una persona en guerra fuese más o menos grave. Se justifica, pero sigue siendo un homicidio...

Inteligencia militar, son dos términos contradictorios.Groucho MarxHasta la próxima.

jeRe dijo...

POr Dios parecés lanchita vicio en la foto esaaa!
Es el nuevo look DPCiano?

Anónimo dijo...

voto por que en la foto sos luser pluser y bananita dolca!!!


y payaso tmb! jejejeje




besos carajo!

tata dijo...

Genial, tiene buena dinamica el relato, estan re bien hechos los cambios como por ejempolo que esta pensando en sus cosas y ahi nomas muere, esta bastante acorde a como me imagino que deben der este tipo de situaciones.
Sin desperdicio.

Si la camisa fuera un poco mas cocolichera te recibis de cantante de cumbia , te veo en pasion el sabado.