miércoles, 3 de junio de 2009

Infancia

“¿Vamos a jugar al patio?” esta pregunta se repetía cada mañana, cada tarde, cada noche, eran cinco palabras poseedoras de una magia divina, con ellas uno pedía perdón o perdonaba, era una invitación a entrar en otro mundo. El patio era mucho mas que un patio, era una cancha de fútbol, una pista de carrera, una selva, era un mundo ideal pero real, ficticio pero concreto, allí las aventuras mas diversas tomaban forma, las horas pasaban y la diversión era un echo, no se necesitaba de una televisión, ni sabíamos que era una computadora.
En el patío uno era la persona que deseaba, padre, hijo, tío, chofer o animal, los ídolos éramos nosotros y los clásicos los jugábamos a nuestras anchas, Palma y Visconti los personajes favoritos y repetidos, en aquellos partidos éramos jugadores, hinchas y relatores, médicos, camilleros y fotógrafos.
Éramos todo sin ser en realidad nada, la imaginación ocupaba todos los rincones y ese patio inmenso que hoy veo tan pequeño iba mutando según nuestro interés, solo se interrumpía la magia para comer, cuando no al grito “abríguense que hace frio”, los días se suscedían y poco nos importaba el nombre que tuvieran, la escuela era una promesa lejana y los lunes no se diferenciaban de los domingos sino por el fantástico asado de mi viejo…

5 comentarios:

Zeithgeist dijo...

snif.... como se extraña el patio, puta q lo pario

Matias dijo...

Se me pusieron los pelos de punta con cada recuerdo =D

Lolo Pillud dijo...

Mati, saca los dedos del enchufe...
Jajaja, muy bueno che...me acuerdo cuando los clasicos se jugaban en tu casa, QUE EPOCA AQUELLA!

Soy Elvis, soy Elvis y mirame como muevo la pelvis!

tata dijo...

EN todo caso sera... Juan Carlos saca los dedos del enchufe!!!!

jeRe dijo...

Muy lindo amigo... La verdad que se comparte todo lo que el texto dice, me sentí identificado en todo.

Muy bueno Jey Pi!